Jugar en la Plaza de España. Los niños pequeños y algunos jovencitos han logrado que el paseo sea un peligro. Se juega al balón, de reglamento, se montan en bicicletas y patinetes; en definitiva, se corre, y dar una vuelta o ir de kiosco en kiosco a tomar una copa supone cierto riesgo.

Hace unos días Pepe Alameda y Angel Acedo paseaban muy tranquilos mientras unos jóvenes echaban un partido, el balón impactó en la cara de Acedo y lo único que pudo hacer es acariciarse la cara y poner la mano sobre el balonazo para mitigar el dolor.

El concejal responsable de la Seguridad Ciudadana es Gonzalo García de Blanes, que no quiere decir que sea el responsable del balonazo, pero si debería emplear a ciertas horas donde está la chiquillería alguna pareja de la Policía Local para evitar que se juegue de esta manera, porque el peligro no lo pasan solo los mayores que dan una vuelta, sino los más pequeños que corren el peligro con las acrobacias que hacen con los patinetes y la velocidad con las bicicletas. Un día arrollarán a un pequeño y será después cuando se tomen las medidas que todos reclaman, pero que no se llevan a efecto.

La plaza se emplea como campo de fútbol y velódromo. Pasear, lo que se llama pasear, sólo puede hacerse a la hora de comer y de cenar, cuando la chiquillería se ha marchado.

En estas fechas es más justificable por Papa Noé y los Reyes Magos, pero la verdad es que la plaza de España es centro de juego todos los días del año.

Ahora no se puede decir que no hay lugares. El paseo Guadiana está lleno de espacios donde los pequeños tienen juegos recreativos, pueden echar un partido de futbol o jugar a la pelota sin peligro para nadie. Además, hay espacios para bicicletas y patinetes, y tiene también los más pequeños juegos recreativos donde disfrutar sin molestar.

Lo malo es que muchas madres quieren tomar café y hacer calcetas al mismo tiempo en la Plaza de España.