El Gobierno regional hizo público ayer el proyecto elaborado por los organizadores del World Pádel Tour 2015, que estaba previsto que se celebrase en el Anfiteatro Romano de Mérida. Según informó el Ejecutivo extremeño en una nota, en la que adjuntó el plano del proyecto, se trata de un proyecto "modélico que cumplía todas las condiciones impuestas" por la Comisión Delegada del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, acotando "todo el montaje a la zona de la arena del anfiteatro y sin afectar en ningún momento al entorno patrimonial".

En esta línea, indicó que la Comisión Ejecutiva del Consorcio aprobó por unanimidad en su reunión del 11 de febrero de 2015 "emitir informe favorable condicionado" a la celebración del World Pádel Tour 2015 en el anfiteatro romano. Según este acuerdo, la autorización definitiva debía concederla la Comisión Ejecutiva del propio Consorcio. Para ello, la Comisión Delegada había elaborado un "riguroso protocolo de seguridad" que ya estaba incorporado al proyecto que la empresa organizadora había hecho llegar al Consorcio. Además, se establecía que de cada entrada vendida por el promotor, un euro iría destinado al Consorcio. Las estimaciones preveían la afluencia de en torno a 10.000 espectadores durante los días de la prueba y una repercusión económica de en torno a dos millones de euros de euros.

Sobre este asunto, el Gobierno regional señaló que los responsables de la Comisión Delegada trasladaron en diversas reuniones ese protocolo de seguridad a los organizadores del evento, del que "en todo momento" se hizo un "seguimiento técnico para garantizar que este evento deportivo fuera perfectamente compatible con la conservación y la difusión del monumento".

SEGURIDAD El protocolo de seguridad, "aceptado e incorporado" por los organizadores en su proyecto, incluía que las gradas supletorias no podían ir ancladas ni recostadas en las gradas originales del monumento. De hecho, las gradas supletorias estarían en la arena del anfiteatro, adaptándose a la forma del monumento y "es ahí donde tendrían sus puntos de apoyo". Su altura máxima, de dos a dos metros y medio, tenía que respetar la visual del graderío original que "en todo momento quedaría libre de gradas superpuestas".

Asimismo, la pista deportiva se tenía que instalar en el foso de la arena, pero sobre un escenario que restablezca la cota de uso del suelo del Anfiteatro y "todas las intervenciones serían reversibles, como en el resto de actuaciones realizadas hasta ahora en este recinto histórico". Por su parte, el público accedería por los vomitorios que se utilizan en la actualidad y que están "perfectamente acondicionados", al igual que todas las zonas de paso que serían habilitadas con las "máximas garantías de seguridad y señalización". Todos los espacios de gradas romanas que no están restaurados actualmente quedarían fuera del acceso del público.

La maquinaria pesada tenía vedado el acceso, por lo que el material necesario se instalaría por medio de una grúa externa. Asimismo, "todos" los trabajos de montaje y desmontaje se llevarían a cabo bajo la supervisión de los técnicos del Consorcio. Durante la celebración del torneo, la organización tenía que disponer de personal suficiente que asegurase que el público respetara los lugares no accesibles del monumento. El Gobierno extremeño, puntualizó que respeta la opinión particular de alguno de los 22 técnicos del Consorcio, y "demuestra con documentos" que sí ha existido "en todo momento el seguimiento técnico que requiere un evento de estas características".