THtace unos meses publicaba en esta misma columna un comentario titulado 'Mujeres irrepetibles', sobre dos personas que lo han dado todo en Mérida por los más necesitados: Pepa López Pablo y Nani Alves Bernat . Llevan desde el año 1960 trabajando por los demás a través de la Conferencia de San Vicente de Paúl. Su labor ha sido extraordinaria y lo sigue siendo.

Es justa la propuesta de candidatura para los Premios Extremeños del Voluntariado 2014 a Pepa López Pablo y es injusta la no inclusión de Nani Alves Bernat, porque no se concibe una sin la otra. Ambas han trabajado al unísono, sin descanso. Ahora Nani no se encuentra muy bien, pero hasta arrastrándose la he visto desplazarse para ayudar a los demás. Y Pepa, que está hecha una jovencita, magnífica colaboradora en todo, estará de acuerdo en lo que proponemos. Inseparable en todo, lo merece también. Estoy convencido que ha sido un lapsus.

Tenían un comedor en la calle el Junco nº 2 de la barriada de La Paz, con 80 niños comiendo, y a las jovencitas las estimulaban con clase para que aprendieran a leer y escribir. Fundaron talleres de costura y todo para las clases más desfavorecidas. Por lo tanto, no se concibe una sin la otra. Estamos convencidos que, aunque la propuesta está hecha con la mejor intención para Pepa, no estaría mal incluir a Nani en estos premios que son para esta clase de personas que, efectivamente, se merecen el reconocimiento de su labor por los demás durante toda una vida. Cincuenta y cuatro años desviviéndose por los demás. Ambas están casadas, con hijos y nietos, personas muy conocidas en la ciudad, y no han dejado de llamar a todas las puertas y pedir para que su labor fuera efectiva. Lo fue durante décadas. Muchas de estas jovencitas, ya madres y abuelas, recordarán que gracias a Pepa y Nani pudieron cumplir sus sueños y encontrar trabajo. Los niños tuvieron, en tiempos muy difíciles, como ahora, una comida todos los días. Estas dos mujeres, como decía hace unos meses, son irrepetibles.