María Isabel Mijares y García-Pelayo, una de las mejores enólogas del mundo, es también Hija Predilecta de la Ciudad de Mérida desde el pasado viernes cuando la Corporación Municipal le otorgó este nombramiento. Orgullosa de sus raíces y amante del vino, Mijares se ha convertido en referente del sector recibiendo numerosos reconocimientos y galardones a lo largo de su dilatada y exitosa carrera profesional.

-¿Cómo se ha tomado el nombramiento de Hija Predilecta?

-Con muchísima emoción porque es muy importante para mí. Valoro mucho que se hayan acordado de mí para otorgarme este nombramiento importantísimo.

-¿Se siente reconocida?

-Siempre se suele decir que nadie es profeta en su tierra, por eso me choca más y estoy muy contenta por el nombramiento.

-¿Qué es lo que más echa de menos cuando está fuera?

-Echo un poco de menos todo porque realmente yo siempre he dicho que vengo a Extremadura a recuperar la fuerza. Tengo 75 años y sigo trabajando en plena actividad, por eso cuando vengo a Extremadura recargo las pilas. Echo de menos la forma de ser y de vivir porque los extremeños tenemos muchos defectos, pero también muchas virtudes porque somos un pueblo acogedor y la ciudad de Mérida lo es especialmente. Mérida ha sido desde siempre una ciudad abierta al turista. Echo de menos esa paz y tranquilidad de Mérida cuando estoy fuera. Me recuerda mucho a mi niñez y mi familia con la que me crié en la ciudad.

-¿Cómo ha cambiado la ciudad en los últimos años?

-Que Mérida sea la capital autonómica le ha dado un cambio importante, pero pienso que no ha cambiado en la forma de ser. Sigue teniendo la sencillez de una ciudad de provincias. La gente sigue viviendo como cuando yo era pequeña y no veo una gran diferencia, a excepción de que ahora es más grande, pero el centro sigue siendo igual de acogedor.

-¿Qué supuso capitanear la capitalidad iberoamericana gastronómica de Mérida 2016?

-Agradecí muchísimo que pensaran en mí por mi relación con Iberoamérica en general. Me ha permitido conocer mejor nuestra tierra y valorar más nuestros productos. Para un extremeño, cualquiera de los países de Iberoamérica nunca nos ha resultado extraño. Pienso que la capitalidad ha reforzado el sentimiento que tenemos de unión a los pueblos de América Latina. El ayuntamiento ha contado conmigo en todo lo relacionado con la capitalidad y hemos sido un equipo.

-¿Ha tenido la repercusión que se esperaba para la ciudad?

-Pienso que fuera ha tenido muchísimo éxito en todos los países iberoamericanos. Es cierto que estábamos en un momento con unas condiciones económicas no muy favorables y hemos tenido que limitar muchos de los eventos que estaban previsto con un presupuesto que no era fuerte. Aún así creo que con el presupuesto se han hecho maravillas. La capitalidad ha tenido un eco enorme en Iberoamérica y allí todo el mundo sabe dónde está Mérida y lo que tenemos aquí.

-¿Siempre tuvo claro que se dedicaría al mundo del vino?

-Siempre lo tuve bastante claro porque yo soy química de formación. Creo que la química es el eje de la vida y gracias a la química conocemos todo lo que nos rodea, por eso me pareció que ir al vino era la manera más completa de poder emplear mi carrera de Ciencias Químicas.

<b>-¿Cómo ve el sector vitivinícola?

</b>-El sector vitivinícola ha sido el que mejor ha soportado la crisis. Nos falta valorar nuestros productos y exportar a mejores precios. El problema que tenemos los españoles en general, y extremeños en particular, es que no nos creemos lo que valen nuestros productos. Extremadura tiene ahora mismo unos vinos fantásticos que están al nivel de los de cualquier otro lugar del mundo.

-¿Por qué se decanta a la hora de escoger un vino?

-Soy una entusiasta del placer porque en la vida tenemos muchas cosas desagradables. Siempre he defendido que el mejor vino es el que más te gusta, aquel que te resulta entrañable para beber con la gente que más quieres simplemente porque te da un mayor placer y equilibrio.