Entre las condiciones que establece el convenio firmado entre el ayuntamiento, Viassa y Dycex, destaca que, una vez adquiridas, las naves no se podrán vender ni alquilar en un plazo máximo de diez años, aunque sí será posible la transmisión a un familiar hasta el segundo grado de consanguinidad para continuar con la actividad industrial. Si no cumple este precepto, deberá abonar el precio de la nave más el IPC de los años transcurridos.

Además, al comprador se le da el plazo de un año para instalar una industria o negocio en la nave vendida, y debe desarrollar en ella una actividad al menos durante un periodo de cinco años.