El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha explicado que la enfermedad que afecta al bebé nacido el 23 de julio en el Hospital de Mérida, y que le ha provocado graves malformaciones, "es, desgraciadamente, susceptible de no ser detectada en las pruebas ecográficas". Esta justificación ha sido rechazada de plano por la asociación El Defensor del Paciente, en la que se califica el razonamiento de "barbaridad" y se pregunta si la Junta busca exonerar al hospital "o nos toma por ignorantes".

Tal y como informó ayer EL PERIODICO, los padres del niño Rodrigo Eduardo Rodríguez, originarios de Perú y vecinos de Almendralejo, pusieron el caso en conocimiento de la asociación El Defensor del Paciente, al detectar, tras el nacimiento, que el bebé tenía graves daños en la columna, un brazo más corto que otro, una mano con cuatro dedos y problemas de malformaciones en el corazón. De ninguna de estas circunstancias se informó a los padres durante la gestación, con lo que no tuvieron la opción de decidirse por la interrupción del embarazo.

En la nota difundida ayer, el SES asegura que la enfermedad que sufre el niño es "de las denominadas raras, que afecta a un niño de cada 25.000 nacidos". Desde el Servicio Extremeño de Salud se apunta que se ha revisado la historia clínica y se ha comprobado que durante el embarazo "se han realizado controles analíticos y ecográficos sin detectar indicio alguno en el feto de la patología que padece".

Sin embargo, El Defensor del Paciente apunta que la enfermedad sí debía dar algún síntoma, y que circunstancias como un brazo más corto, una mano asimétrica o las malformaciones en corazón y costillas "se detectan en cualquier ecografía".

Para esta asociación, el Ejecutivo solo busca exonerar de responsabilidad al hospital "en lugar de buscar el por qué", y reclama que el fiscal y solicite todo el seguimiento y pruebas realizadas al bebé y a la madre.