Lo dicho. La primavera trae consigo las margaritas, hojas blancas y centro de un amarillo de superstición. Para deshojar hay que empezar a preguntar y con la caída de la última hoja sabremos el sí o el no. Todo depende del comienzo.

El alcalde de Mérida, Pedro Acedo, ha dado la primera advertencia. Si el partido me necesita... El portavoz del PSOE, Angel Calle, encantado con su decisión. Un nuevo enfrentamiento político sería apasionadamente. Estamos llegando al ecuador. Faltan los dos años, más lo que queda para la convocatoria, que puede ser en mayo o en junio. En primavera, cuando la sangre se altera; "será una rosa será un clavel el mes de mayo te lo diré". El otro bando del PP, bien definido, está al aguardo, esperando acontecimientos, aletargados, pero no dormidos, y sin creerse lo que está pasando.

Pensar en las elecciones es precipitado, pero hay que ir atando cabos, preparando candidaturas. En distintas reuniones, los partidos políticos comienzan a resolver las dudas, como en las juntas directivas deportivas: ver fichajes que puedan dar mejor rendimiento, el que mejor para y encaja, quién tira las faltas y lanza los penaltis, quién defiende, ataca y reparte juego.

La política es como un partido de fútbol, hasta se sacan tarjetas de distintos colores para advertir o mandarlo a casa y agradecer los servicios prestados. Y los gastos que hay que hacer con los fichajes y la campaña.

Al final, lo de siempre, los resultados y las alegrías o los sofocones. Así es la vida y así una campaña electoral donde muchas veces los resultados son sorprendentes.