Los líderes sindicales de UGT y CCOO, apoyados por unas mil personas, según la policía local, y 3.000 a juicio de los sindicatos, invitaron ayer al alcalde de Mérida, Pedro Acedo, a que "rectifique" su política dejando a un lado "la represión como forma de entender la democracia". La concentración en la plaza de España, convocada para protestar por la política laboral del consistorio, se desarrolló sin incidentes. Por su parte, el equipo de gobierno tachó, a través de un comunicado, de "estrepitoso fracaso" la asistencia a la movilización, con "apenas 800 personas", la mayoría de fuera de la ciudad.

Al acto asistieron, además de los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, respectivamente; el coordinador regional de IU, Víctor Casco; el portavoz del PSOE en la Asamblea, Luciano Fernández; y el portavoz socialistas en el ayuntamiento, Angel Calle. Los sindicatos convocantes argumentaron la manifestación "en defensa de los trabajadores del ayuntamiento, y de la libertad sindical", y no, como afirma el equipo de gobierno, para que el consistorio retire la denuncia que mantiene contra el secretario regional de UGT, Miguel Bernal, y el exsecretario de CCOO en Extremadura, Valentín García, por los incidentes acaecidos durante la huelga del 2002.

Bernal, y el actual secretario regional de CCOO, Julian Carretero, coincidieron en que el acto debe significar para Acedo "una puerta abierta para que cambie su política", y añadieron: "Esta batalla la vamos a ganar".

El equipo de gobierno, por su parte, señaló que "está abierto a hablar con los sindicatos, aunque eso no signifique que se vayan a suavizar posturas o modificar decisiones".