El que contamina, paga. Esta es la máxima que ha primado a la hora de elaborar la nueva ordenanza de prevención de contaminación acústica, que está a punto de entrar en vigor. Ya está todo preparado para que los agentes de la Policía Local inicien las mediciones en aquellos lugares en los que haya un ruido o vibraciones que superen los niveles establecidos por la norma, a la que solo le falta ser publicada en el Boletín Oficial de la Provincia para entrar en vigor. Hasta ahora no se habían realizado mediciones porque el ayuntamiento carecía de los aparatos homologados para hacerlas.

La Policía Local ya ha recibido los primeros sonómetros con los que ejecutará las mediciones, y los agentes han terminado el proceso de formación necesario para su utilización. Según adelantó ayer la concejala de Medio Ambiente, Marisa Tena, en cuanto que la norma se publique se comenzará con las primeras mediciones. "Lo primero que vamos a hacer es atender las denuncias presentadas ante la Policía Local por particulares que se quejan de exceso de ruidos en determinados locales". Se trata principalmente de establecimientos de ocio nocturno, tales como bares o pubs, pero también otros de distinta índole, como pueden ser talleres mecánicos o carpinterías.

CIERRE DEL NEGOCIO Con esta nueva ordenanza el ayuntamiento asume las competencias en evaluación y control de la contaminación acústica, que puede conllevar sanciones que en el caso de las más graves contempla multas de hasta 300.000 euros, e incluso el cierre del negocio. Es más, la normativa otorga a los agentes urbanos la potestad de ordenar el cierre inmediato del establecimiento, en el caso de que la infracción a la normativa esté calificada como muy grave (hay leves, graves y muy graves), o la inmovilización de un vehículo, si proyecta unos niveles de ruido superiores a los permitidos.

Por el momento solamente se van a realizar mediciones estáticas, es decir, en espacios cerrados, pero en el futuro, cuando se reciban los sonómetros apropiados para este tipo de pruebas, se empezará a realizar las evaluaciones en la calle, con el fin de detectar actividades que provoquen ruidos que sobrepasen los límites establecidos por la ordenanza municipal, como los emitidos por vehículos o por obras de la construcción.