El mercado medieval, instalado alrededor de la iglesia de Santa María, ha recibido más de 50.000 visitas, según cálculos de la Delegación de Cultura, organizador de esta actividad junto con la Agrupación Nacional de Artesanos.

Así lo afirmó ayer el concejal de Cultura, Fernando Molina, quien señaló que hay que felicitar "a los ciudadanos, los verdaderos protagonistas de este mercado, que ha sido un magnífico punto de encuentro en el que Mérida ha tomado vida en calles no transitadas y se han redescubierto unos rincones y plazas para ponerlos en valor".

Molina anunció que habrá una nueva edición del mercado medieval en noviembre, al que se incorporarán una serie de novedades. Entre ellas destacó que sólo se pondrán puestos en un lado de la calle para evitar aglomeraciones; se ampliará el mercado a más calles y se traerán nuevos espectáculos.

Por su parte, el presidente de la Agrupación de Artesano, Gerardo Martín, indicó que había ido todo "fenomenal, estamos supercontentísimo, el ayuntamiento se ha portado con nosotros extraordinariamente y tanto a nivel de público como de ventas estamos encantados".

En cuanto al robo de objetos de plata de un puesto, manifestó que "se trata de un hecho aislado". En este sentido Molina indicó que se habían presentado tres denuncias, "por hurto, porque no sé cómo calificarlo, al ser un descuido, y ninguna contra la empresa de seguridad contratada por el ayuntamiento. No ha sido nuestra responsabilidad", afirmó.

SEGURIDAD Por otra parte hay que señalar que las tres personas que dormían en un coche y que algunos testigos señalaron a la policía como los guardas de seguridad que vigilaban el mercado, eran tres artesanos que se habían quedado en la zona, precisamente, para vigilar, "nuestros vigilantes jamás dormirían en un servicio", manifestó David Rebollo, Delegado Regional de Serramar, la empresa de seguridad encargada de vigilar el mercadillo hasta las ocho de la mañana del domingo.

En este sentido indicó que los días 5 y 6 el servicio se efectuó con normalidad. En cuanto al día 7, señalan que hubo un poco más ajetreo de lo normal, pero sin complicaciones, "permaneciendo todos los puestos precintados, tal y como los habían dejado los expositores, hasta las ocho de la mañana, hora en que finalizó nuestro servicio, no pudiendo hacernos cargo de lo acontecido por la falta de vigilancia".