Mérida es la cuna del cristianimo en Extremadura. Por ello, cada vez son más los fieles que visitan la basílica de Santa Eulalia como lugar de peregrinación. Y es que, a pesar de que este hecho pueda pasar desapercibido para muchos emeritenses, hay constancia de que el pasado año visitaron este templo numerosos grupos de peregrinos procedentes de todo el territorio nacional, de Estados Unidos, China y Austria, entre otros países. Mérida fue protagonista de los orígenes del cristianismo en la península, configurándose como la primera gran capital espiritual de la Iglesia hispana en torno a la figura de la mártir Santa Eulalia.

El ayuntamiento se ha propuesto convertir la ciudad en un referente del turismo religioso para apostar por una nueva fórmula turística que complemente las visitas al conjunto monumental. De esta forma, el consistorio está manteniendo conversaciones con el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida y con el Arzobispado de Mérida-Badajoz para que los templos sean visitables. Otra de las acciones ha sido la publicación del libro Peregrinando a Mérida que han escrito el exdirector del museo nacional de arte romano, José María Álvarez Martínez, el cronista oficial de la ciudad José Luis Mosquera y el investigador y conservador del museo romano Agustín Velázquez, con las fotografías del fotógrafo José Manuel Romero ‘Mané.

El libro se presentó recientemente en la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en Madrid. Durante el acto de presentación, el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, destacó que este trabajo busca «recuperar una seña de identidad, clave en nuestra ciudad y que nunca se ha puesto de relevancia como patrimonio histórico». Para Osuna, se trata de poner de relevancia el turismo religioso «más allá de las creencias cristianas, sino por el interés del conocimiento con una guía en la que queremos demostrar que ya había una peregrinación a Santa Eulalia, antes que a Santiago».

Durante su intervención en la feria turística, José Luis Mosquera indicó que el turismo de las peregrinaciones es el más arcaico y tradicional, de ahí que el objetivo sea «recuperar un discurso histórico que se perdió y que, ni más ni menos, se basa en fuentes literarias como Aurelio Prudencio». Para Mosquera, Santa Eulalia ocupa un papel importante dentro del Camino de Santiago recogiendo el peregrinaje del Sur que buscaba el fervor en Santiago.

Los itinerarios

La guía presenta tres itinerarios para que los turistas encuentren un añadido en torno a los orígenes del conjunto martirial de Santa Eulalia, otro con una ruta específica con la cristianización de la ciudad de Mérida, y un tercero con la monumentalidad de la Mérida cristiana. Agustín Velázquez sostiene que en el libro se proponen al visitante diferentes puntos de interés como la concatedral de Santa María, que tiene una «rica imaginería» o la cripta de Santa Eulalia, donde «se aunaba la historia de Mérida».

En esta línea, también se resalta la importancia de la Sala Decumanus, donde aparece el crismón pintado más antiguo de toda la arqueología hispana, y en la que a su vez se reunían de manera clandestina los primitivos cristianos emeritenses que eran perseguidos. Entre otros lugares de interés, Velázquez destaca el Xenodoquio, un hospital que se hizo en época visigoda «para albergar a los peregrinos que venían a Mérida», así como la basílica de Casa Herrera, de gran importancia y que está cerca de la ciudad. «Mérida era una potencia muy grande del cristianismo hispano, pero este aspecto ha quedado un poco oculto a nivel turístico por la importancia de los restos monumentales de época romana», puntualiza el conservador.

Velázquez explica que el testimonio más antiguo que existe sobre el cristianismo hispano es la carta que San Cipriano, Obispo de Cártago, escribe a los cristianos de Mérida en el año 254. «Después del siglo IV, el martirio de Santa Eulalia fue un hecho detonante, ya que era una figura esencial en todo el pasionario hispánico», sostiene el investigador. Sobre este asunto, José María Álvarez añade que con el martírio de Santa Eulalia «la ciudad se convierte en un centro de peregrinaciones importantísimo».

«Santa Eulalia era lugar de pereginación, incluso antes que el Camino de Santiago», subraya Álvarez, quien resalta la religiosidad que ha tenido siempre el pueblo emeritense. «Hay muchas comunidades cristianas que vienen hoy a la iglesia de Santa Eulalia en una verdadera peregrinación», apunta el exdirector del museo. Por ello, a nivel turístico se debería potenciar este aspecto religioso que forma parte de la seña de identidad de los emeritenses.