TEtn ocasiones me sale el chauvinismo de 'pecholata'. No lo puedo remediar. Mérida ha perdido tantas cosas que me da miedo que sigamos por este camino. El Arzobispo nos ha dejado sin los archivos parroquiales y, prohibido digitalizarlos, están en Badajoz para su custodia, como el retablo de Santa Eulalia y, para siempre. El obispado ha vendido el convento de las MM Concepcionistas por cero pesetas y ahora, los beneficios, se irán para la orden que tienen en Sevilla. Ese convento era de Mérida.

Al celebrarse el juicio de la junta de cofradía del Calvario, por un cofrade, Hermano Mayor, tuvo que devolver unos enseres. No quería hacerlo porque le debían cierta cantidad que él había adelantado. Los enseres los devolvió y por esa gestión el abogado, que lleva las causas del Calvario, cobró unos 6.000 euros que están pagando a plazos. El segundo juicio, para pagar la deuda, el sacerdote Francisco Sayago y, su Junta Gestora, que lo nombró con premeditación, alevosía y eliminando a los que no le caían bien, lo ha perdido y tiene que pagar 13.000 euros, sin contar la minuta del abogado, se iría, de seguir así, a más de 20.000 euros. Parece que antes de seguir pleiteando van a negociar.

La Junta Gestora está dividida y lo que era un ejemplo de dignidad, trabajo y buen hacer, con familias y cientos de emeritenses implicados en la Cofradía del Calvario de Mérida, se ha convertido en una continua disputa. Ellos dirán lo contrario y que es una balsa de aceite, pero de aceite pesado y en descomposición. Este sacerdote, Vicario Episcopal de la zona de Mérida y Almendralejo, si hace en la 'ciudad de la cordialidad' (Almendralejo) lo que aquí, no le queda ni la collareta de la sotana.

En un programa que tengo en Es Radio e intentando promocionar la Semana Santa, prohibió a la Junta de Cofradías ir al programa o que se obtuvieran a las consecuencias y, no fueron.

La Iglesia tiene mucho poder, pero la Iglesia somos nosotros: los fieles. Sus mandatarios son sólo servidores de esos fieles. ¿O no? Señor Arzobispo, mis respetos, pero respétenos a nosotros también.