Jugábamos de chiquirrininos e hicimos muchas negrás (travesuras). Mi amigo Alfonso Rodríguez Galán, Alfonsino , ha muerto hace un mes. Hemos querido reposar el recuerdo.

La Zarza se dividía en dos, los de la plaza del Ayuntamiento hasta la iglesia de San Martín eran: cabileños , y desde la plaza a la ermita de la Virgen de las Nieves: chumberos .

En las cábilas jugábamos con Catri, que ha muerto, Quico, Correína, Bermejo y Ricardo a los bolindres, entera, el palillo, la gata paría, o al narro y nos cambiábamos los cuentos del Guerrero del Antifaz , Roberto Alcázar y Pedrín , El Pequeño luchador , Pub el Hombre de piedra ...Recorrimos caminos juntos. Peleábamos como los héroes del cine. Disfrutamos. Con el tiempo pasamos a ser chumberos con Andrés Domínguez. Hacíamos un buen trío.

Alfonsino era bajito. Tenía dos metros bajo tierra. No había forma de poder con él. A nada. Lo sabía todo. Trapicheaba en todos los terrenos y su dinamismo contagiaba. No había penas. O las solucionaba. Animaba con su presencia. Lo tuve en la cabecera de mi cama en muchas ocasiones. Cuando me rompí el fémur y con el infarto. Y estuve en la suya en los momentos que lo necesitó. Y, en las últimas horas, con Andrés. Hemos recordado la amistad en mucha ocasiones. Amigos de pequeño. De lo que no olvidas. Y del Atlético de Madrid, como yo. La Zarza es un pueblo irrepetible, como Alfonsino . Su mujer Isabel, hijos y nietos van a tardar en olvidarlo. LLenaba con su presencia. Mi amigo de siempre ha muerto. Pero está a mi lado.