Devoción, fiesta, migas, vino, procesión y... reclamo para que la iglesia de Santa Eulalia sea considerada basílica, tal y como recordó ayer el alcalde de Mérida, Pedro Acedo. Este aspecto no pasó desapercibido en medio del culto que miles de emeritenses volvieron a rendir ayer a su patrona por las calles de la ciudad, soportando temperaturas que apenas superaban los ocho grados, y en medio de un gran mosaico de flores --sólo la Asociación Cultural y Folclórica de La Antigua acompañó a la santa con 350 ramos de claves y 15 cestas florales-- y del recuerdo, al cumplirse el día del XVII centenario del martirio de la patrona.

Fiel a su cita, la imagen de santa Eulalia salió en una mañana fría y con niebla --como manda la tradición-- de la concatedral de Santa María, donde pasó la noche del jueves, para regresar a su hornito. Miles de ciudadanos esperaban su salida pasadas las 11.30 horas, engalanada con traje rojo y oro y con peana de plata. Nada más salir de la concatedral los gritos de: "Viva santa Eulalia, guapa, guapa, guapa", rompían el silencio de la espera. En la puerta aguardaban los miembros de la asociación folclórica de La Antigua, que ataviados con el traje regional le dedicaron la jota de la mártir Olalla blanco en lo blanco .

La procesión se prolongó durante hora y cuarto, y nada más llegar a la iglesia, Acedo y el presidente de la Asociación para el Culto de santa Eulalia, José María Alvarez, depositaron junto a la imagen un cesto de flores, en honor al XVII centenario del martirio y por el reciente nombramiento de alcaldesa perpetua de la ciudad.

Sin embargo, Eulalia de Mérida es patrona de varias localidades españolas, como Luarca, en Oviedo, desde donde ayer se acercaron lugareños para pasar el día festivo. Madrileños, andaluces, castellanos... también aprovecharon su estancia para contemplar a una santa que hoy recibirá una ofrenda floral de los niños.