Miles de personas salieron ayer a la calle para asistir a la procesión de la mártir santa Eulalia. El paso con la imagen, portada por 42 costeros (entre ellos una mujer), partió a las 20.30 horas, al mando del capataz Antonio Gallardo.

Antes, tuvo lugar la peregrinación eulaliense que rememora el recorrido de la niña mártir desde la villa donde fue escondida por sus padres hasta Emérita Augusta (actual Mérida) donde fue martirizada en el año 304 a la edad de 13 años. Aunque simbólicamente parte de la ermita de Perales, en Arroyo de San Serván. Participaron unas 2.000 personas.

Tras la marcha y la misa del peregrino, comenzó la procesión. El recorrido elegido para este año pasaba por la calle Santa Lucía, Rambla Santa Eulalia, José Ramón Mélida (donde los costaleros subieron la empinada cuesta de un tirón), calle Sagasta, Romero Leal y plaza del Rastro para acabar en la concatedral, donde pasó la noche.

Con este itinerario se pasó por monumentos históricos, como los restos del foro y el templo de Diana, pero también por la estatua de la virgen en la Rambla y por el obelisco levantado en su honor en la plazoleta de la calle Santa Lucía.

La virgen iba vestida con un traje blanco, que estrenó en el 2004 con motivo del XVII centenario de su muerte, que será el mismo que lleve hoy en la procesión de vuelta a la basílica, que saldrá de Santa María sobre las 11.15 horas, tras la misa que se oficiará a las 10.00 horas.

Por otro lado, el sábado se celebró una misa mozárabe en la basílica por la Capilla Gregoriana, del coro Ubi sunt?, que ha recuperado los cantos que se empleaba en la liturgia en los primeros tiempos del Cristianismo.