Todo pasa y todo queda, que escribió el poeta: El año, estos Viejos Escenarios y el Pecholata.

Los emeritenses han despedido tradicionalmente el año con mucha alegría. Antes se hacía en la Puerta de la Villa, después a bailar al Liceo, al Círculo Emeritense, Artesanos, Disloque, la Tercia y el Ponce de León. Los años pasaron y de la Puerta de la Villa se pasó a tomar las uvas en la plaza de España.

Es tiempo de balances y adioses. En junio del 2000 comenzamos a publicar los reportajes titulados Viejos Escenarios Emeritenses. De la recopilación de esos artículos han salido ya dos libros y hay un tercero en puertas.

Despedimos esta página que tanto trabajo nos ha dado. Hemos investigado en los archivos históricos de la ciudad: Biblioteca Municipal, Museo de Arte Romano, archivo de Luis García de la Puente y García de Blanes, y leído documentos y libros. Incluso hemos tenido que llegar en ocasiones a la investigación mediante testimonios orales al no encontrar nada escrito.

PECHOLATA La columna de Pecholata se hizo pronto famosa. El nombre lo saqué de una conversación que tenía el exalcalde de Mérida, Antonio Vélez, con el entonces ministro de Cultura, Javier Solana.

Estábamos los tres en la entrada del Templo de Diana. Se había expropiado a Manuel Romero el palacio de los Corvos, donde vivía, y para liberar parte de la manzana había que expropiar la casa de Adolfo Díez. Vélez comentó de donde venía la palabra pecholata . Eran aquellos jóvenes emeritenses que iban de extras durante las representaciones teatrales al Teatro Romano , bajo la dirección de José Tamayo, vestidos de casa con su casco, coraza de lata y espada.

Los más niños, al verlos pasar, les llamaban pecholatas . Me gustó la palabra y la hice mía. Se la pu se a la columna, que se convirtió en la más popular de este pe riódico. Son muchos años, desde 1988, dieciocho años. Hemos escribo miles de columnas y se popularizó tanto que el orfebre Blas Barroso hizo un escudo.

Esta insignia la han lucido en la solapa el Rey, el Príncipe, el expresidente Felipe González, el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el actor Francisco Rabal. El director más famoso de todos los festivales José Tamayo, me regaló la espada de pecholata que llevaba Inmanol Arias en una representación del Teatro Romano.

También llevó este nombre una peña del Mérida C. P. cuando militaba en Primera y al equipo se le llamaba "el equipo Pecholata", y Pecholata era el nombre de un vino de Alcuescar. También deja de publicarse esa columna, aunque en determinadas ocasiones podamos hacerlo, porque le caso lo requiera. Mi nombramiento como director de Emérita Televisión me absorbe el tiempo y hay que dedicarse en cuerpo y alma. Es un reto que me hecho el empresario Roberto Vázquez y que he aceptado con gusto, como lo fue el de este periódico cuando llegó a la dirección Amador Rivera y me puso como delegado en Mérida y me implicó para sacarlo de un pozo que no veíamos la luz. Por fin, después de muchos viajes, logramos introducirlo en el Grupo Zeta. Un éxito aquella gestión. Pusimos nuestro granito de arena para salvar el periódico más veterano de la región.

Han pasado muchos años. Dejamos muchos amigos en la casa y volveremos cuando el caso lo requiera. Feliz año a todos.