Comienza la Navidad de 1904. La festividad de la Pura y Santa Eulalia habían transcurrido con normalidad. Fue un año frío, como este. Las condiciones no eran las mismas. Apenas había luz en las calles y sólo el centro era el privilegiado. Las calles apenas tenían luz, en alguna esquina una lámpara que sólo alumbraba un pequeño trozo y no siempre. Los apagones eran habituales.

Toda la región estaba conmovida por el crimen de Don Benito. El semanario La República del día 10 de diciembre de 1904 comentaba: El Consejo de Estado fundándose en la enormidad de los delitos, la circunstacia de crueldad extraordinaria que concurrieron en ellos y haber sido uno de los autores, Carlos García de Paredes, condenado a dos penas de muerte, ha denegado la petición de indulto elevada en favor de los reos . Así lo esperaba el pueblo de Don Benito y cuantas personas imparciales habían seguido el curso procesal de este célebre crimen.

Los comerciantes emeritenses habían hecho una petición al ayuntamiento para que se le permitiera abrir los domingos hasta las dos de la tarde, fundándose en celebrarse hace años en Mérida mercado público esos días.

LICEO DE MERIDA Esta sociedad, que llevaba casi cuatro años de vida, era ya bien conocida en la ciudad y en las Navidades de este año se renovaron algunos cargos. La Comisión Administrativa estaba compuesta por Eugenio Macías, Tomás Lancho y Juan Guzmám; Comisión de Espectáculos la llevaban Santiago Salanava, Paulino Doncel y Francisco Corchero y la Comisión de Instrucción Raimundo Gassón, Antonio Pardo y Primitivo López. Durante estas navidades hubo teatro en su salón de actos, conciertos y el baile de fin de año después de despedirlo en la Puerta de la Villa.

En la mañana del día 17 de diciembre llegó desde Madrid el catedrático de Matemáticas del Instituto Cardenal Cisnero, Ignacio Suárez Somonte, y su esposa, con objeto de pasar las vacaciones de Navidad al lado de su familia y asistir al enlace matrimonial de su hermana Clara con el joven Enrique Isidro Andrino el 7 de enero de 1905.

OBRAS DE CARIDAD Un grupo de jóvenes emeritenses compusieron una comisión para poder entregar a doscientas familias una bolsa de comida y así pasar las navidades. La componían com presidenta Eduvigis Aretio y la acompañaron en esta comisión María Salanava, Francisca Fernández, Dolores Zabala, Rogelia Corchero, Adela Márquez, Isabel Domínguez, Mercedes Osorio y Ana Finch. El alcalde Carlos Pacheco y Lerdo de Tejada lo acogió con todo el agrado y propuso que las bolsas se repartieran en el local de la escuela de Manuel Guerrero. Doscientas veintitres personas dieron donativos para esta causa entre los que se encontraban: Felipe trigo, Carlos Pacheco, Carlos Jaque, Luisa Delgado Valhondo, Luis Díez, Maximiliano Macías, Pedro María Plano, Visitación Sánchez, esposa de Tomás Lancho, Antonio Ossorio, Castor Espadiña, Margarita Pacheco de Blanes, Antonio Fadón, Andrés Valverde Grimaldi y otros obteniendo 735 pesetas con 60 céntimos. La bolsa consistía en un pan, un kilo de carne, una libra de bacalao, otra de arroz, otra de judias y 20 céntimos para aceite.

El dia 25 de diciembre moría el joven José Pérez Lucio que con su hermano Antonio eran dueños de la ferretería ´El Candado´ y también moría Gabriela Amarilla Rosas, esposa de Zoilo Colomo, sus hijos José, Valeriano y Alejo eran personas muy conocidas, Alejo llegó a ser alcalde de Mérida en 1929.

La despedida del año 1904 fue todo un acontecimento en la sociedades como el Círculo Emeritense, Artesanos, Liceo, La Tercia y El Disloque que pusieron todo su empeño en pasarlo lo mejor posible. No hubo ningún incidente digno de mencionar según la prensa de la época.