La reestructuración del transporte urbano, que entrará en vigor a partir del próximo jueves 1 de marzo, ha provocado un revuelo considerable entre la ciudadanía antes de su entrada en funcionamiento. Y es que desde que hace apenas una semana se diera a conocer que se sustituirán las ocho rutas de autobuses urbanos que había hasta ahora, por cuatro nuevas líneas que darán servicio a toda la ciudad, las redes sociales se han llenado de quejas por parte de los usuarios. De hecho, un ciudadano ha iniciado una recogida de firmas a través de la plataforma online Change.org para mostrar su rechazo a los cambios y ha conseguido más de 1.400 apoyos en tres días.

Según la información publicada por la empresa concesionaria Vectalia Movilidad, la nueva red estará compuesta por las líneas A, B, C y D, cuyas frecuencias de paso se moverán entre los 20 y los 30 minutos de lunes a viernes y los 50 y 60 durante los fines de semana y festivos.

Entre las principales novedades, cabe destacar la creación de nuevas paradas en el hospital, la barriada Carrión y La Corchera. Asimismo, se suprimirá el servicio nocturno de los fines de semana y tampoco se garantiza el bus estival a Proserpina. En este sentido, y según ha podido saber este diario, un grupo de alumnos del instituto Santa Eulalia está recogiendo firmas por la supresión del bus nocturno, un servicio muy utilizado por los jóvenes emeritenses.

Entre las quejas transmitidas por los usuarios, destacan la falta de información sobre las cambios por no disponer de folletos explicativos en los vehículos (se pueden conocer también en la web de Vectalia), así como por la reducción de horarios, pues si bien hasta la fecha, la mayoría de las líneas realizaban la última salida entre las 22.00 y 22.30 horas desde el paseo de Roma, con los nuevos cambios el último bus que saldrá desde este punto lo hará una media hora antes. En esta línea, otros ciudadanos critican que con la nueva frecuencia de paso no podrán llegar a sus trabajos, al tiempo que denuncian la reducción de rutas a cuatro, frente a las ocho que prestaban servicio hasta ahora.

Tras la reestructuración, la ciudad contará con 79 paradas, ya que se eliminarán cuatro de las actuales. El alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, manifestó ayer que, «a pesar de tener que cumplir con un contrato dañino, se ha conseguido que prácticamente no se reduzcan las paradas». A su juicio, el incumplimiento de este contrato, que «firmó el PP y con el que dejó hipotecada la ciudad por 25 años», conllevaría el pago de «un lucro cesante de más de 30 millones de euros». Además, aseguró que aunque la empresa ha comenzado a repartir folletos en los propios autobuses, van a pedir que también «se buzoneen estos folletos en el conjunto de la ciudad y se pongan carteles con esta información».

Cabe recordar que el objetivo de la reestructuración de la red de autobuses urbanos, que traerá consigo el despido de cuatro empleados de Vectalia, es acabar con el déficit que generan los autobuses, cifrado en unos 14.000 euros mensuales que debe costear el ayuntamiento.