Las obras de demolición del interior del convento de San Andrés, en la plaza de Santo Domingo, han comenzado este fin de semana, para construir dieciocho viviendas y dos sótanos para cocheras en su interior, tras la resolución judicial del pasado mes de diciembre que permite esta actuación, siempre que se ajuste al proyecto presentado conforme al Plan General de Ordenación Urbana antiguo.

Para que todo se lleve según lo previsto, el Consorcio de la Ciudad Monumental se encargará de vigilar las obras, ya que se deberá conservar la portada, la espadaña y la iglesia de este edificio del siglo XVI.

La demolición de parte del edificio ha provocado un conflicto entre distintas instituciones a lo largo de los últimos años, pero una resolución judicial dió la razón al ayuntamiento que ahora se ha puesto manos a la obra para levantar viviendas en este monumento histórico. Como consecuencia de esta sentencia, la calificación de Bien de Interés Cultural (BIC) que ostentaba el convento de San Andrés, figurando en el actual plan general con un protección integral, ha pasado a disponer de una protección limitada conservando la portada, la espadaña y la iglesia.

Nada más conocerse la resolución, el presidente de la comisión ejecutiva del Consorcio, Francisco Pérez Urban, señaló que "harán un seguimiento de la ejecución material del proyecto para una mejor adecuación de la conservación del patrimonio, pero también de lo que pueda aportar la información que oculta el edificio, y va a estar especialmente vigilante para recuperarla".

QUEJAS

El proyecto ha sido criticado por el PSOE y por la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Adenex), ya que consideran que se va a dañar el valor patrimonial del edificio. Para los socialistas, la concesión municipal de la licencia de obras es una muestra de la "escasa o nula sensibilidad que el PP manifiesta por el patrimonio histórico emeritense", y el ayuntamiento debería haber exigido a la Junta y al ministerio la financiación necesaria para "su conversión para uso socio-cultural".

Por su parte, desde Adenex se califica la actuación como "disparate" y considera que "no sólo afectará al edificio histórico, sino a la economía de los propios promotores". Además, asegura que el convento está asentado sobre significativos restos arqueológicos, sobre todo, visigodos (basílica), algo que, según esta asociación, "provocará importantes demoras y, presumiblemente, una modificación sustancial del proyecto".