Las obras del Mercado de Calatraba se iniciarán previsiblemente en septiembre u octubre. El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, señaló ayer que, «si todo va bien», las obras podrían iniciarse en ese período. En todo caso, son previsiones, porque el consistorio está ahora pendiente de que finalice la entrega de documentación, porque «los plazos son más amplios, ya que se soportan sobre distintos documentos y un aval financiero que tenía que presentar la empresa».

Asimismo, el mandatario emieritense recordó que está adjudicación lleva aparejada la presentación del proyecto de obra que también va a tener una aprobación por parte del Ayuntamiento de Mérida, y señáló que el proyecto «no va a ser en menos de dos meses», porque «los plazos siempre dependen de cuestiones ajenas a la propia voluntad de la administración».

En cualquier caso, insistió: «sin querer entallarme con los plazos, que muchas veces dependen de cuestiones ajenas al ayuntamiento, podríamos hablar que en torno a septiembre u octubre podría iniciarse la obra».

Desde el pasado 23 de marzo, los candados que cuelgan en sus puertas evidencian el cierre temporal del Mercado de Calatrava, al menos como se conoce visualmente hasta ahora, a la espera de que comiencen las obras de reforma integral que devuelva la vida a este edificio histórico.

Desde su inauguración oficial en el año 1887, el mercado de abastos ha sido testigo del devenir de la sociedad emeritense y de los cambios en los modos de consumo.

El cierre se produjo tras llegar a un acuerdo con los tenderos que han trabajado allí durante años y tras recibir sus indemnizaciones. Hay que recordar que la Oficina Municipal del Consumidor (OMIC), que estaba en el interior del mercado, se ha trasladado a la delegación de Urbanismo.

El ayuntamiento licitó la mejora y explotación de este emblemático edificio por tres millones de euros y un canon anual de 85.000 euros.

La reforma contempla sustituir toda la estructura física comercial existente por otra más moderna con espacio para puestos de venta, oficinas, sótano para servicios complementarios (cámaras, obradores, etcétera) o aseos públicos.

La mejora del Mercado de Calatrava llevaba décadas en los cajones. Hasta su cierre, el inmueble tenía una ocupación del 30% y su mantenimiento ha venido generando al consistorio un gasto anual de 200.000 euros. La última reforma data de 1983.