Un ojo al antes y el ahora del teatro romano de Mérida

Realizado en hormigón, sillares de granito, mampostería y ladrillo, tuvo un aforo inicial de hasta 6.000 espectadores y contaba con una acústica que llegaba perfecta y uniformemente a todo el graderío. Sin embargo, y pese al buen funcionamiento en su época, ha sufrido varias remodelaciones y reconstrucciones a lo largo de la historia. Entre ellos destaca la del frente de la escena, que en un inicio era de color rojo y con las reconstrucciones acabó haciéndose en piedra, tal y como se encuentra en la actualidad. Así lo ha asegurado a este diario el arquitecto Jesús Martínez, coautor del libro 'Reconstrucción del Teatro Clásico de Mérida: visita guiada por el ayer y el hoy de un Teatro Romano...', en el que junto a Rafael Mesa muestra con imágenes cómo era este espacio escénico antes de sus obras.

La idea del ejemplar surgió tras ver cómo después de las visitas al teatro, la gente pensaba que éste había tenido la misma imagen, en ruinas, desde sus inicios, desconocimiento por tanto que los romanos construyeron el teatro también con madera y telas. "Lo que nos ha quedado a nosotros es la estructura, sin ventanas y puertas, pero la gente debe saber que el decorado era mucho mayor del que hay ahora", indica Martínez. Aún así, la conservación de este espacio es muy buena y desde el punto de vista del arquitecto no se debe reconstruir, sino simplemente mostrar lo que tiene, ya que cuenta con una imagen característica. Entre las ideas de Martínez se encuentra la de enseñar la zona del púlpito, ahora de tierra y en su origen de madera, y que es el único sitio del teatro que permanece "enterrado". "Podría quitarse la tierra una vez al año y verse la maquinaría", sugiere, de modo personal, el arquitecto. El libro de estos dos emeritenses cuenta con una segunda parte en la que además de mostrar mejores fotografías, también se habla de arquitectura. Está finalizado y a la espera de financiación para publicarse.