El concejal para Asuntos Taurinos del ayuntamiento, Francisco Robustillo, afirmó ayer que las negociaciones con el empresario taurino Gustavo Postigo para la adquisición de la plaza de toros se encuentran en estos momentos paralizadas.

El ayuntamiento ya ha intentado en otras dos ocasiones la adquisición de la plaza, pero en ambas ocasiones la operación se frustró en el último momento.

Sin embargo, Gustavo Postigo, hijo del propietario de la empresa Actividades Taurina SL, que tiene la mayoría de las acciones de la plaza, desmiente que estas conversaciones hayan existido y afirma que desconoce la oferta económica que ha presentado el ayuntamiento.

Las únicas conversaciones que reconoce son las realizadas con el ayuntamiento para la cesión de "unos terrenos sobrantes" que el consistorio necesita para prolongar una calle.

La propuesta del equipo de gobierno es ofrecer terreno municipal al empresario una vez que se haga una valoración del coste de la plaza de toros. Con este dato se calcularían las unidades de aprovechamiento que debería dar el ayuntamiento a cambio.

LA VEZ ANTERIOR La intención del consistorio de comprar la plaza no es nueva. Ya lo intentó el equipo de gobierno con el anterior propietario José Luis Marca, al que incluso se le ofreció 840.000 euros. La idea era que, una vez adquirida, sacar a concurso público su explotación, con una serie de condiciones en cuanto al número de celebración de corridas.

En este sentido, Francisco Robustillo ya declaró que la compra del coso taurino "sería un logro para la ciudad, porque pasaría a ser patrimonio de Mérida, aunque luego la gestión se pudiera ceder".

EXPROPIACION Pero el ayuntamiento no solo ha querido comprar la plaza de toros, también la ha querido expropiar. Lo intentó en el año 2004, cuando el empresario se negó a dar festejos taurinos durante la feria. Al final, el expediente, que ni siquiera paso por un pleno municipal, no llegó a prosperar ante la dificultad de poner a todos los accionistas de acuerdo.