El paseo por la mañana entre el río Guadianilla y el río Guadiana es todo un espectáculo para los sentidos.

Allí se deja el colesterol, los trigicélidos, el azúcar y la sacarina.

Hay vestigios de los grafiteros en paredes y en las mismas piedras graníticas del puente Romano. Los cultos grafiteros.

No hay una sola papelera. Las han arrancado de forma salvaje.

Bien cuidada la zona más cercana a la avenida Fernández López. Puedes pasar bajo el puente Fernández Casado, más conocido en la ciudad como puente Nuevo. La Isla, zona deportiva, con canchas de baloncesto sin aros en las canastas, sólo hay dos aros y en pistas diferentes, y poco cuidada en jardines.

Puede que al estar cerca la movida no quieran darle gusto a los jóvenes para que destrocen el lugar.

Pasas por debajo de los puentes Romano, Lusitania y el del Ferrocarril. Se mira al río. Se pasea. Se corre, nosotros paseamos porque, como dice Juan Carlos Rodríguez Ibarra: correr es de cobarde .

Se ve la ciudad en la mañana de otra forma. Empequeñecida la torre de la concatedral de Santa María y edificios que sobrepasan los límites de altura, cercanos a la Alcazaba. ¡Cuantas barbaridades se hicieron en esos años!

El paseo en la mañana es menos concurrido que la tarde, que se ven más parejas, señoras y caballeros con sus perros dándole un paseo vespertino.

Y ya en la charca, precioso el paseo perimetral en el lago de Proserpina. Muy tranquilos, paseando en conversación muy amena Pepe Pérez Camacho, Blas Curado y Salvio Ariza.

Confederación Hidrográfica del Guadiana ha parado alguna obra que se estaba realizando sin licencia. Se llenará este año, está al 62% de su capacidad. Otro precioso paseo que hemos de cuidar y no descuidar.

En breve llegará el buen tiempo y dar un paseo por estos lugares, en parajes tan hermosos, te produce cierta sensación de bienestar.