A pesar de las nuevas tecnologías que hoy abundan en la sociedad, todavía se conserva algo de la esencia de las primeras comunicaciones que se crearon. Sin ir más lejos, algo como la radio, esa comunicación que se transmite mediante ondas, todavía es utilizada en España siendo el tercer país con mayor número de licencias de radioaficionados, mientras que en Extremadura hay cinco delegaciones de la Unión de Radioaficionados Españoles (URE) con más de 200 licencias en uso.

En el caso de Mérida, la asociación está formada por unas 40 personas de entre 20 y 60 años aproximadamente y se inició a finales de los años 80. La intención de estos radioaficionados es siempre «contactar con países y con islas perdidas, conocer gente, aprender idiomas y contactar con cuanta más gente mejor de países imposible», afirma Pedro Garrido, presidente de la Unión de Radioaficionados de Mérida. Estos radioaficionados contactan con otras personas del mundo mediante diferentes maneras como la fonía, que es mediante el habla, y en forma de telegrafía, que es el código morse. Además también contactan de manera digital pero la forma más utilizada es la fonía.

Esta comunicación se realiza a través de antenas de hilos llamadas dipolos. «Cada uno tiene las suyas en casa», afirma Garrido. La Unión de Radioaficionados de Mérida participó por primera vez en el concurso de Su Majestad El Rey y lo hicieron desde el castillo de Montánchez. En este concurso los participantes hicieron dos cosas: entablaron comunicaciones y dieron a conocer el castillo y el pueblo, porque «todo aquel que habló con nosotros se le mandó una tarjeta postal con los datos del castillo y del pueblo», asegura el presidente.

Este tipo de concursos, consisten en contabilizar el máximo número de contactos y la delegación emeritense contactó con toda Europa, EEUU, Japón, China, Indonesia y Sudamérica, logrando así el tercer puesto a nivel nacional. Algo «muy gratificante», confirmó el presidente.

Concurso de prestigio

Por su parte, desde la delegación emeritense elaboran también uno de los concursos más prestigiosos a nivel nacional en el que tratan de dar promoción a los monumentos de la ciudad. El concurso Mérida Patrimonio de la Humanidad, que ya se ha celebrado en cinco ocasiones, tuvo como premio en la pasada edición una visita a Mérida de dos días, alojamiento en un hotel de cuatro estrellas, entrada gratuita al festival de teatro y a los monumentos de la ciudad, aseguró el presidente del a delegación emeritense.

Pero no todo el mundo puede manipular estas radios. Antes, se debe conseguir una licencia de radioaficionado tras pasar una serie de pruebas y exámenes en la dirección provincial de telecomunicaciones, en Badajoz. «Los exámenes consisten en manejo de emisoras, en radioelectricidad, normativa y varios temas más», asegura Garrido.

Pasan los años y las tecnologías siguen evolucionando pero este grupo de radioaficionados sigue luchando y disfrutando de una comunicación tan antigua como efectiva.