Concejal de la oposición, diputado autonómico, alcalde, senador y a partir del 20 de diciembre, quizás también diputado en el Congreso. Pedro Acedo, líder del PP y portavoz del partido en el Ayuntamiento de Mérida, acaba de ser designado número tres en la lista de los populares extremeños a la Cámara Baja por la provincia de Badajoz. A pesar de la derrota en las municipales de mayo, asegura que mantiene "la misma ilusión de siempre".

--Va de número tres al Congreso por Badajoz. ¿Cómo se ha producido esta elección?

--Viene del partido, como no podría ser de otra manera. Y la verdad es que no sé las razones, me imagino que cuando me han elegido es porque me han valorado bien, cosa que yo agradezco. Sé que hay mucha gente que podría ocupar este puesto y supongo que han valorado mi experiencia y lo que puedo aportar. Para mí es un alto honor. Lo he dado todo por el partido y lo sigo dando, aunque hubiera ido simplemente de interventor en una mesa electoral.

--En los últimos cuatro años ha compatibilizado el Senado con el ayuntamiento. Si sale elegido, ¿tendrá que renunciar al acta?

--La incompatibilidad surge si uno tiene dos sueldos o gobierna en dos sitios, pero ser concejal y diputado la ley sí lo permite y mi partido también. Ahora en el Senado hay muchos alcaldes, no solo del PP sino también del PSOE y de algunos partidos más, y en el Congreso exactamente igual. Yo he compatibilizado el Senado con la alcaldía y creo me ha perjudicado, aunque no he faltado a mi trabajo como alcalde. De hecho, he asistido a más plenos que el alcalde que me precedió, Angel Calle, y a un 30% más de juntas de gobierno. En mi caso, yo creo que sí se puede compatibilizar. Depende también de la fuerza que tenga uno, y de las comisiones y competencias que asuma si salgo elegido. En todo caso, no es igual ser alcalde que concejal, y no del gobierno. Pero yo creo que hay que escuchar a la mayoría de la gente, también en mi partido, que no ve bien que se compatibilice aunque se pueda legalmente. En todo caso, estaré a lo que diga mi partido y si dice que tengo que dejar la portavocía de Mérida la dejaría, pero eso no lo hemos hablado ni lo hemos puesto como condición.

--Entonces no está decidido aún si continuará en el ayuntamiento.

--No, eso no está decidido aún. Haré lo que diga mi partido, como siempre he hecho.

--¿Cuándo se decidirá?

--Pues no lo se... Ahora de momento vamos a hacer lo posible por ganar las elecciones. Es lo importante, no que yo vaya o no vaya. En eso nos vamos a aplicar esencialmente, y en el trabajo de la oposición.

--Tiene su designación algo que ver con su ausencia de los dos últimos plenos municipales?

--No es justo poner en cuestión estos asuntos. Uno de ellos, que no fue en la fecha que acordamos los concejales, coincidía con el pleno de presupuestos en el Senado. Los concejales acordamos que los plenos fueran los jueves y este fue un viernes, lo cambió el alcalde sin previo aviso como se demostró, y creo que alomejor lo hizo para que yo no asistiera. En el segundo tenía una revisión médica en Madrid que no podía aplazar en ningún caso y mi ausencia está plenamente justificada.

--Independientemente de lo que diga el partido, ¿se plantea dejar la política local?

--Me lo plantee desde que perdí las elecciones, pero tengo la misma ilusión de siempre y por ello digo que vamos a hablarlo entre todos. La verdad es que no hay prisas, no es ahora mi mayor preocupación. Mi mayor preocupación es hacer una buena oposición en Mérida y conseguir que la gente conozca a este gobierno, porque estoy convencido de que vamos a volver a ganar dentro de tres años y medio. Mientras tanto seguiremos trabajando.

--¿En qué situación se encuentra ahora el PP de Mérida?

--Se encuentra en una etapa lógica de la democracia. Yo me he presentado a las elecciones seis veces y he ganado cuatro. No se puede ganar siempre, ahora nos ha tocado perder y toca recomponerlo todo. No es por justificarme, yo me autoinculpé la noche electoral y felicité al que ganó, pero todo el mundo sabe que se votó más un contexto general que la gestión local. Corregiremos los errores para que la gente vuelva a confiar en nosotros. Y no hay que olvidarse que no hay mayoría en Mérida y que nosotros somos el principal partido de la oposición, con mucha gente detrás para hacer las cosas bien y volver a ganar.

--¿Cómo afronta esta nueva etapa que comienza?

--Primero hacer una campaña para que la gente confíe en nosotros. Esto no es una cuestión personal, uno tiene que estar en la disciplina de un partido porque por eso está en un partido, si no se presentaría como independiente. Pero la afronto con mucha ilusión. He participado en comisiones importantes en el Senado como la de Hacienda y soy de los convencidos de que aunque hemos pasado unos momentos muy duros, lo estamos superando. Hemos tenido que afrontar mucha dureza, como ejemplo el despido de 28 trabajadores en fraude de ley en el ayuntamiento. Lo hemos padecido y sufrido y se nos ha castigado en las urnas, pero no había más remedio porque el déficit era de un 17% en la ciudad. Las reformas a veces han sido difíciles de entender, pero están dando sus resultados y todo se está recuperando.

--¿Cómo valora estos meses de gestión en el ayuntamiento?

--Tengo más experiencia en años que todos los que están y no había visto otra cosa igual. Se está en una política de pose, de decir lo que la gente quiere oír, pero no se está gobernando bien, se está mintiendo mucho y se tiene menos transparencia que nunca aunque se dice lo contrario. Y sobre todo, se tiene una idea excesivamente sindicalista de lo que es un ayuntamiento. Además, están gobernando con mucha prepotencia, como si tuvieran mayoría, sin contar con nadie para cosas importantes. Por tanto, no puedo decir que lo estén haciendo bien.