POR CARMEN HIDALGO

Hace más de cuarenta años abrió sus puertas en el número 16 de la calle Berzocana el bar El Pestorejo. Su especialidad culinaria, como se deduce del nombre de este establecimiento emeritense, es la careta del cerdo ibérico, que siempre ha gozado de mucho éxito.

Desde hace una década aproximadamente, la encargada del local es Estela Carpio, quien reconoce que a pesar de la crisis económica, y de pasar por momentos más bajos, no se pueden quejar de cómo va el negocio. "Es una bar muy típico que tiene mucha aceptación en la ciudad, pero también viene gente de fuera a probar nuestro pestorejo porque se lo han recomendado otras personas", explica su responsable. Y es que el pestorejo, sin lugar a dudas es su plato estrella, por ello una media ración sale a cuatro euros, siendo la más solicitada, y la entera a siete.

Sin embargo, su oferta gastronómica en más amplia y destacan los pinchitos morunos, los montaditos y el cochifrito con patatas fritas, a precios de 1,80 euros. Asimismo, la carta dispone de raciones variadas que oscilan entre los cuatro y los ocho euros. "En la cocina todos nuestros productos son frescos y se preparan a la brasa", asegura Estela.

El Pestorejo es un bar para todo tipo de público, como "familias con niños, parejas, chicos jóvenes o gente mayor". Su horario, con apertura de puertas desde media mañana hasta media tarde y de noche, es propicio para que muchos de sus clientes acudan a tomarse "la tapita del mediodia con la cervecita o el refresco, ya que es lo más habitual". No obstante, Estela reconoce que cuando más se llena es para el almuerzo y la cena, ya que no tienen desayunos.

"Estar en la zona centro y el paso de turistas nos beneficia", sostiene la responsable, y por ello, su deseo es "seguir igual, con trabajo y bien". Extiende esta petición al resto de sus compañeros, ya que entre semana trabajan cuatro personas y una más durante el fin de semana, y anima "a quien no haya probado el pestorejo que venga".