El ayuntamiento, a través de la policía local, controlará el ruido del interior de los locales con sonómetros, en aplicación de la ordenanza sobre la contaminación acústica, aprobada en febrero y que entrará en vigor en un mes.

Para ello, ya se han adquirido dos sonómetros y los agentes de la policía local están aprendiendo su uso. Por este motivo, están siguiendo durante esta semana un curso. El objetivo es estar preparados para aplicar la normativa nada más esté aprobada.

Los aparatos miden el ruido del interior y del exterior de los locales. Si las mediciones dan como resultado que los ruidos superan los límites establecidos en la ordenanza, se podrá actuar de oficio y denunciar.

Así lo afirmó ayer la concejala de Medio Ambiente, María Luisa Tena, quien señaló, que sobre el exceso de ruidos, "tenemos muchas quejas de vecinos, tanto por los ruidos que se producen en el interior como en las zonas colindantes".

Tena explicó que estas quejas no solo proceden de pub o establecimientos similares, también de otros donde se ejercen actividades profesionales, como carpinterías, talleres o aparatos de aire acondicionado.

La concejala anunció que cuando se apruebe definitivamente la ley lanzarán una campaña informativa sobre los contenidos de la ordenanza de contaminación acústica y sus medidas, para que los ciudadanos sepan lo que tienen que hacer.

VISITA Posteriormente, los agentes de la policía local irán visitando los locales y establecimientos que puedan ser más conflictivos.

En otra fase, se utilizarán los sonómetros para medir el ruido de tráfico en determinadas áreas de la ciudad.

En cuanto a la ordenanza, su tramitación administrativa se encuentra en el último periodo. Tras su aprobación en el pleno municipal el pasado 18 de febrero, ahora debe ser publicada en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). Cuando salga habrá un periodo de 15 días para presentar alegaciones. Si no hay ninguna se da por aprobada automáticamente.

Con esta ordenanza, el ayuntamiento asume las competencias en materia de evaluación y control de la contaminación acústica. También tendrá potestad para establecer sanciones por todo exceso de ruido que se detecte, tanto los que pueda generar una construcción como los que se registren en el tráfico, en los locales de ocio o veladores.

PASOS Además, la normativa establece los pasos a dar para la elaboración de un mapa de ruidos de la ciudad y la declaración de zonas saturadas de ruidos, que impediría la ubicación de más locales de ocio si se comprueba el exceso de decibelios.

En la presentación de esta normativa, Marisa Tena explicó que "lejos de aquella época en la que el ruido se consideraba que podía ser un símbolo de modernidad y de progreso, hoy una ciudad ruidosa es todo lo contrario. Hoy se considera una ciudad moderna la que es capaz de hacer compatible los usos distintos que la ciudad tiene, capaz de hacer compatible el tráfico, las actividades industriales, las recreativas y la protección del medio ambiente y la salud de las personas".

Para medir los ruidos se dividirá Mérida en áreas acústicas y a cada una se le asignará un nivel según las actividades que se hagan en ella.