Desde primeros del próximo año, los agentes de la policía local se encargarán de vigilar de que los escolares no se fuguen de clase.

Así, cuando los policías encuentren a menores fuera del recinto escolar en horas de clase, les acompañarán a sus casas, donde informarán a los padres del lugar y las circunstancia en que se les han encontrado. En caso de que no haya nadie en el domicilio, dejarán un aviso por escrito y acompañarán a los menores hasta el colegio.

Así se recoge en el protocolo firmado entre el ayuntamiento con la Consejería de Educación, para la prevención, control y seguimiento del absentismo escolar entre el alumnado de enseñanzas obligatorias.