Estoy convencido que de todo esto del paleto le ha costado el puesto a Manolo Amigo. Y que se ha equivocado. Si no es así Manolo no pide la dimisión

Que aprendan algunos que saben de antemano sus errores, sus equivocaciones y no dimiten ni echándolos con pala. Nada. Se quedan.

Me da pena esta salida. Manolo Amigo se ha ganado a pulso lo que tiene. Hace años que le conozco, este veterano periodista alternaba con él cuando comenzó la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) que no había más que un viejo sillón, una mesa desvencijada y un armario que se caía, los libros por el suelo y un administrativo que le echó horas, trabajo y cariño a una institución que gracias a personas como él salió adelante.

Y, como es listo, aprovechó para estudiar y se hizo abogado después de aprobar el examen de mayores de 25 años.

Ha llevado muchos años al lado de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, desde el principio, a su vera. Pero, lo sabe Manolo, Ibarra no permite errores. Será el que más lo sienta, porque al margen de ser compañeros de partido, de comprenderse, eran amigos, amigos de siempre, de verdad y esto le va a doler. No merecía esta salida.

Y, este veterano periodista lo siente, sé de sus avatares y le conozco bien.

Ha llegado a lo que parecía imposible y esto se debe sólo y exclusivamente a su esfuerzo, a su tesón y los que le conocen, los de su entorno, los amigos, sabemos que estuvo ahí siempre.

Ahora, con la tranquilidad que le puede dar su trabajo podrá pasear con Marina su mujer, sin precipitaciones y estar más con sus hijos y pasear por Mérida, su ciudad viéndola sin prisas.

No tomaremos unas copas sin prisas Manolo, que eso vale tanto o más que una consejería, aunque sea de Economía y Trabajo y miraremos juntos a nuestra Mérida.