Desde que dimos la noticia de las encuestas, las reuniones en el PP se han ido sucediendo de forma periódica. En un determinado lugar tomaban café José Antonio Monago, presidente PP en la provincia de Badajoz, Leonor Nogales Basarrate, diputada regional y responsable de sanidad de su partido en Extremadura, y el alcalde de Mérida Pedro Acedo. No era sólo para tomar café, se notaba que en la conversación se proponía algo, se buscaban alternativas y al día siguiente, en el mismo lugar de la misma barra, estaba el presidente regional del PP, Carlos Floriano, y Pedro Acedo, solos, sin testigos.

Por la tarde, reunión a nivel regional para perfilar las estrategias a seguir y tomar con los jóvenes ciertas posturas y con los empresarios y agricultores de Tierra de Barros el tema de la refinería. Parece que no todos están de acuerdo con su ubicación en un lugar de olivares y viñas.

Todos los esfuerzos son para vencer al presidente regional de la comunidad autónoma extremeña, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y perpetuar en la alcaldía emeritense a Pedro Acedo.

Buscan unión, que no haya disidentes, que las asperezas se limen, que aquellos que no estaban de acuerdo con ciertas posturas ahora lo estén.

Las reuniones van a seguir y hay, en la sede del PP, según nos han informado, cierto optimismo. Después viene lo que tiene que venir: las elecciones; algunos quedarán decepcionados por los resultados, otros beberán cava y, los menos, un buen vaso de vino tinto de la tierra que es lo que mejor sienta en las penas y en las alegrías, en la salud y en la enfermedad, hasta que los votos los separe.