Hace apenas nueve meses abrió sus puertas en la calle Sagasta el restaurante De Portugal, un local agradable y asequible situado junto al Foro Romano que ha sido todo un "descubrimiento" para la ciudad. Su propietario, Paulo Valades, busca acercar lo mejor de la gastronomía tradicional portuguesa a los emeritenses: bacalao, por supuesto, pero también arroz caldoso, carnes, mariscos y postres. Se embarcó en el negocio al quedarse en paro, después de años de trabajo en un laboratorio farmacéutico y no se arrepiente. "Ya conocía la ciudad y decidí venirme a vivir aquí y abrir el restaurante porque sabía que a la gente le gusta la comida portuguesa", afirma Paulo, que asegura estar "muy satisfecho" con la acogida y el trato que ha recibido en Mérida.

Al restaurante De Portugal acude público de todo tipo y de todas las edades, ya que convertirlo en un lugar asequible a todos los bolsillos era uno de los objetivos de su propietario. "Puedes comer por 10 euros o 200", dice. La estrella de la carta es el Bacalao Espiritual, un plato con ajo, cebolla, zanahoria, gambas y bechamel al horno con pan rallado que ha "destronado" al mítico Bacalao Dorado. Arroz caldoso con marisco, carrilladas al vino tinto, dorada en pan o queso al horno con mermelada de frambuesas son otras opciones que ofrece De Portugal, donde también se pueden degustar vinos del Alentejo, zona de origen de Paulo. Destaca especialmente el vino verde, "un blanco ligerito con burbujas que gusta mucho", comenta.

También tiene mucho éxito entre los clientes la carta de postres, que incluye hasta 14 dulces típicos portugueses: serradura, tarta de galletas, Pastel de Belém o Pudim Molotov son algunas de ellas. "Hay gente que viene solo a tomar el dulce con un café", afirma el propietario. Pero en De Portugal, no solo la gastronomía es lusa: de su interior destaca una decoración cuidada y cálida o el hilo musical de expresión portuguesa que acompaña siempre al público durante la comida.