El proyecto elaboró el anterior equipo de gobierno para solucionar el problema de la presión y caudal del agua en la zona norte contemplaba unos caudales de distribución de 20.000 metros cúbicos de agua diarios, que se añadirían al que ya circula en Mérida, de unos 25.000 metros cúbicos de agua que es la cantidad punta de consumo de la ciudad.

También incluía la ampliación de la línea de tratamiento y un nuevo depósito de almacenamiento y regulación.

La tubería saldría de la estación de tratamiento, cruzaría el río Guadiana por el puente Nuevo, bajaría a la calle Anas, seguiría por la avenida Lusitania hasta la avenida Reina Sofía. Luego continuaría por la carretera de Cáceres hasta las Josefinas, donde, en terrenos municipales, se construirá una nueva estación de bombeo a los depósitos de Proserpina, cuya cota garantizaría el suministro en las zonas más altas de Mérida y el desarrollo futuro de nuevos planes generales.

Desde los depósitos se conectaría con el anillo principal de distribución por toda la zona norte, la barriada de San Juan y la zona de Jardines de Mérida.

La financiación la pagarían los promotores urbanísticos sin coste para el contribuyente.