La revisión de los valores catastrales se ha convertido en el escenario del primer enfrentamiento directo entre el nuevo portavoz del PP y el alcalde, Angel Calle. Tras varios días intercambiando acusaciones y reproches, el nuevo líder de la oposición Fernando Molina se sentó ayer ante los medios de comunicación para responder al alcalde que "no se va a callar" porque él se lo pida.

Molina arremetió directamente contra el regidor, a quien le acusa de actuar de forma distinta ahora que gobierna que cuando se encontraba en la oposición en las filas de IU, allá por el año 1994, cuando se debatía sobre este mismo asunto. Además le acusa de o bien no detectar los errores que incorpora la ponencia del catastro en la que se establecían los nuevos valores, o bien plegarse a los intereses de su partido, al "arrodillarse" ante el afán recaudatorio del Gobierno central "que ha arruinado al Estado" y que ahora quiere salir del bache mediante la subida de los impuestos.

Molina planteó algunas propuestas con las que pretende que las familias con menos recursos acaben pagando de su bolsillo la mala gestión de la que, a su entender, ha hecho gala el equipo de Gobierno en todo este asunto, como por la creación de un "catastro social" para los inmuebles con un valor de mercado inferior a los 60.000 euros, y para quienes tengan ingresos inferiores a 1,5 el salario mínimo interprofesional.

Finalmente, pidió a calle que deje de "lloriquear" y que no le eche la culpa de lo ocurrido al anterior alcalde.