La asociación de vecinos de la urbanización El Prado ha exigido a la Junta de Extremadura y al ayuntamiento que se pongan de acuerdo y busquen una solución a los malos olores que desprende la empresa Extremeña de Grasas "y se dejen de pasar unos a otros la patata caliente, ya que al final lo pagamos todos los ciudadanos".

Así lo ha afirmado el vicepresidente de la asociación, Antonio Leo Fernández, quien indicó que a pesar de ser los primeros en sufrir los malos olores, están en contra del cierre de la fábrica, "no está Mérida como para perder empleo", aseguró.

Tampoco están de acuerdo con el traslado de la empresa si se va fuera de la ciudad, y defienden que si hay que cambiarla, que lo hagan en otro lugar de Mérida con mejor orientación para que el viento no lleve el mal olor a la ciudad.

Para Antonio Leo Fernández, que estuvo trabajando un tiempo en Extremeña de Grasas, la solución vendría por mejorar el sistema de filtros, "porque yo creo que, o no funcionan o no lo ponen, ya que sale el humo de las calderas directamente. Algo tiene que fallar", manifestó.

Por su parte, el grupo municipal socialista lamenta que, a su juicio, el equipo de gobierno "no esté abordando el problema de los malos olores con la suficiente diligencia e interés político, a pesar de tener competencias".

En este sentido, el concejal Saturnino González menciona que la ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, el Plan Estratégico Local y el Reglamento de Actividades Molestas dan competencias al alcalde para regular los malos olores.

Por eso, considera que el ayuntamiento debe exigir un plan de viabilidad para que la empresa haga las reformas para resolver los malos olores.