La Ruta de la Tapa de este año, que se va a celebrar del 25 de mayo hasta el 30 de agosto, va a contar con un trampolín de lanzamiento para animar a todos los emeritenses y visitantes a retirar sus pasaportes de participación. La cita será en una feria gastronómica sin precedentes en la ciudad que se celebrará en el Ifeme los días previos al inicio de la ruta, en el que los bares y restaurantes pondrán sus cartas sobre la mesa. Para atraer a los aficionados al tapeo, van a bajar todas las consumiciones a 1 euro, tanto las bebidas (cerveza, refrescos...) como las tapas.

Además, se han programado actuaciones muy varadas durante todo el día, que irán desde espectáculos de danza oriental, grupos rocieros y de flamenco, hasta monólogos cómicos.

Con este impulso se esperan mejorar las cifras obtenidas el año pasado, aunque entonces ya fue calificada como un éxito. El concejal de Turismo, Roberto Olivera, calcula que este año la ruta superará las 40 paradas, frente a los 35 establecimientos participantes en la edición anterior. Aún se desconoce qué medios se van a adoptar para afrontar el gran handicap al que se enfrenta este año cualquier negocio, la crisis económica, aunque el edil se muestra confiado en que la ruta vuelva a triunfar y pueda superar la marca de los 6.000 pasaportes retirados en 2008. En todo caso, serán los hosteleros quienes libremente adopten las medidas convenientes.

Los pasaportes se obtienen en las oficinas de turismo de la ciudad. Los participantes han de seleccionar al menos 10 de los establecimientos participantes y puntuar del 1 al 10 las tapas consumidas sobre el sello del local. El precio de cada tapa en 2008 fue de 2,5 euros, aunque este año aún no se ha determinado si va a sufrir cambios. Después se entrega el cupón a cambio de un obsequio, que suele ser una botella de vino y una reproducción de un relieve romano. Al cierre de la ruta, se contabilizan las puntuaciones y se da a conocer el nombre del establecimiento ganador, y se sortea un premio entre todos los participantes. El año pasado fue una estancia de un fin de semana gratis en un hotel de la ciudad.