El caso que se juzgó ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Badajoz se remonta a algo más de 10 años, ya que la primera denuncia de la que tuvo conocimiento la policía relacionada con este caso es de 1995, cuando uno de los proveedores engañados denunciara que había recibido un cheque sin fondos a cambio de las mercancias entregadas.

Posteriormente, la investigación pareció quedar aparcada, hasta que hace unos años se decidió retomar el asunto e investigar a fondo.

El timo del nazareno es una estafa tradicional, en la cual el timador (conocido como el nazareno) crea una sociedad con la cual realiza una serie de compras de pequeño valor a la víctima, que paga con rapidez y generalmente con dinero. Una vez generada confianza en la víctima, el nazareno realiza una compra de mucho más valor, que esta vez paga con letras de cambio o pagarés. Una vez recibido el producto, el nazareno revende la mercancía y desaparece.

Luego, la empresa se transfiere al firmón , que en realidad es un cómplice, el cual afirmaba haber adquirido la sociedad sin deudas y mostraba el desconocimiento de las actividades delictivas mediante documentos oficiales cuando era reclamado por las víctimas de los fraudes.