El número de personas diabéticas en Extremadura es superior a la media española. De hecho, la cifra de afectados en la región ha experimentado un "continuo incremento" desde el año 2003, cuanto la tasa se situaba en el 5,9 por ciento. Ahora este número se ha elevado al 9,38 por ciento en la población extremeña mayor de 15 años, siendo más prevalente en mujeres que en hombres.

El día a día de un diabético es duro, sobre todo para aquellos que debutan con la enfermedad. En Mérida, la Asociación de Diabéticos cuenta con 410 socios, muchos de los cuales son niños que acuden al centro con sus padres. Allí los voluntarios ofrecen información y ayuda tanto para los enfermos como para sus familiares. "Cuando comienzan como diabéticos y salen del hospital no saben mucho sobre el tema. Les asesoramos y damos información diabetológica porque la noticia de ser diabético es un mazazo. Hasta hoy no tenemos solución, es una enfermedad que va para largo plazo. Los que más se interesan son los padres, que son los que tienen el trauma mayor", explica Kati Sánchez, subdirectora de la asociación emeritense.

Dicha asociación tiene desde hace dos meses una nueva sede situada en la Avenida Lusitania, número 10. Hasta ahora se ubicaba en otro lugar municipal en el Economato de Marquesa de Pinares de manera provisional, pero este nuevo local ya será su sede permanente. En él trabajan como cabeza de grupo cuatro personas que de forma voluntaria se distribuyen las tareas. El local abre de lunes a viernes por la mañana y los martes también en horario de tarde. "En un principio no nos gustó mucho el local, nos vinimos desanimadas por tener que trasladarnos del centro, pero está muy bien. Es una sede muy bonita que compartimos con Manos Unidas. Sólo nos queda poner el logo de la asociación", reconoce Kati.

Entre las actividades que programa la asociación, esta semana cobra protagonismo el Campamento de Verano para niños diabéticos de entre 7 y 17 años. Su aforo se establece en 50 participantes y al cierre de esta edición ya contaba con 48 inscritos. El lugar de celebración aún no se conoce, pero sí se sabe ya que será en el mes de julio. Se trata de un campamento educativo con diversas actividades de ocio en el que los niños aprenden a ser autónomos y responsables con la enfermedad y su tratamiento. Además de esta actividad, la asociación trabaja ya también en la Escuela de Padres, que se celebrará el 1 de junio en el Hotel Las Lomas de la ciudad. Se trata de una cita a la que acuden padres de niños diabéticos para consultar e intercambiar dudas sobre la diabetes. "Hay padres que lo pasan fatal y no quieren ni salir de casa por el problema del hijo, y nosotros intentamos trasladarles que no deben tener miedo, porque si ellos se ponen mal, los hijos se podrán peor". Además de estas acciones, la asociación organiza excursiones y realiza controles de glucosa el Día Mundial del Diabético, una jornada en la que asegura Kati Sánchez, descubren nuevos enfermos que nunca se habían hecho un análisis.