Las tradiciones en el día de la mártir santa Eulalia vienen de siglos. La procesión de ayer desde la parroquia de Santa Eulalia a la parroquia de Santa María --hoy el recorrido es el contrario para volver a su ermita--, es seguida por miles de emeritense que acompañan a su patrona. Esta procesión de hoy es un auténtico ritual emeritense y la devoción a santa Eulalia, su niña, es algo que se lleva muy dentro. Cala. Ahonda. Ver la cara cuando pasa la patrona por las calles. Se la espera para sólo mirarla y pedirle por sus intenciones. Por ella se conoció Mérida en todos los confines del mundo y en todos los continentes esta presente como titular de alguna parroquia.

Los catalanes son tan suyos que hasta se quieren llevar a santa Eulalia como propia. Es la patrona de Barcelona. En Mérida se la venera. Hoy, antes de la procesión, destaca la ofrenda floral que propician la Asociación de Vecinos de Nuestra Señora de la Antigua y su grupo folclórico.

Hoy se abren las pitarras de Santiago Carrasco, que es la auténtica pitarra como tal, donde se hace el vino y se despacha a gusto del consumidor. El año pasado nos faltó su mujer, nuestra entrañable Fina Obregón Llano, y éste, nuestro Vicente Castelló Rodríguez. ¡Cuánto lo echo de menos!. Nos invita y se llena de amigos y conocidos. Pero, se abren otras pitarras, más particulares y en plan de tradición, como la de José María Alvarez Martínez, que con su mujer, Trinidad Nogales, hace las delicias de amigos y familiares. El vino lo aporta la pitarra de Carlos Cascón Chito, todo un lujo en esta ciudad. Además, en la plaza de España hay una para todos los vecinos.