La República Democrática del Congo tiene 80 millones de habitantes, de los cuales, 60 viven en situación de extrema pobreza. Cada año, 30.000 mujeres y 20.000 niños de este país africano mueren en el parto. Son algunos de los datos aportados por la Fundación Prodean, una institución privada sin ánimo de lucro que está desarrollando el proyecto Forfait Mamá, un programa social de colaboración con el hospital Monkole del Congo destinado a recaudar fondos para costear los cuidados prenatales y durante el parto de las embarazadas.

Con esta finalidad, la delegación emeritense de Prodean ha llevado a cabo esta semana su tradicional rastrillo solidario en el Parador de Mérida, una iniciativa que este año ha alcanzado su XII edición ofreciendo productos artesanales, otros donados por empresas y particulares, sin olvidar una tómbola con cientos de artículos. «Este rastrillo solidario no saldría adelante sin el trabajo de cada uno de los voluntarios de Prodean porque son nuestra alma, nuestras piernas, nuestro corazón y los que dan el callo», manifestó en la presentación del evento la portavoz de Prodean en la ciudad, María Santiago. Además, para financiar el proyecto del Congo también se han organizado una merienda y una cena

En concreto, a través de este programa, el hospital Monkole ofrece un ‘forfait’ a cada embarazada con un coste de 400 euros que incluye la atención prenatal, durante el parto y en cuidados intensivos para el recién nacido si fuera necesario. La interesada paga 50 euros y los 350 restantes llegarían de las aportaciones de Prodean, una entidad que nació en Sevilla en 1990 para «situar la dignidad de la persona en el punto de partida, en el centro y en el fin de toda acción social».

«Las mujeres son el motor y el alma de la sociedad», sostiene Santiago, quien destaca que gracias al proyecto solidario ayudarán a que una embarazada no tenga problemas durante su embarazo y llegue a buen término. «Sabemos que en África casi ninguna mujer tiene sanidad durante su embarazo y esto es lo que nosotros vamos a promover», subraya. Para la portavoz, los voluntarios de la fundación son la base del rastrillo con el que cada año obtienen fondos para desarrollar proyectos solidarios por todo el mundo. Sobre este asunto, apunta a la necesidad de llamar la atención de los más jóvenes para que se hagan voluntarios y garantizar así el relevo generacional.

Esperanza de la Marta es una voluntaria de Prodean desde hace tiempo y resalta la labor «tan bonita» que realiza el voluntariado para sacar adelante el rastrillo. «Se mueren muchísimas madres y niños por falta de asistencia médica y el proyecto del Congo es muy necesario», subraya de la Marta, quien colabora con la fundación porque es «una gran satisfacción personal que me hace implicarme en los eventos».

Los dos años anteriores, los beneficios del rastrillo fueron destinados a la construcción de una escuela de hostelería en una zona turística de Nicaragua para ofrecer la posibilidad a las mujeres de formarse en este ámbito. «La gente respondió muy bien y el proyecto sigue en marcha», puntualiza Santiago. Según la portavoz, en todos los proyectos que se han realizado «hemos comprobado que si formas a una mujer, le das la oportunidad de hacer algo por su familia o por su sociedad. la inversión que haces se multiplica por mil y pueden desarrollar cualquier proyecto».