El éxito de esta campaña viene precedido del conocimiento que tenemos de ella, a que se entrega hasta el último euro y a que se sabe dónde va destinado toda la recaudación que se consigue en los días anteriores a Navidad, en una maratoniana campaña donde se ha llegado a límites impensables. Empezaron sacando medio millón de pesetas y ahora consiguen 19. El alma de esta campaña es el sacerdote Guillermo Soto Burgos que vive como nadie estos trescientos sesenta y cinco días del año que es lo que dura para él la campaña. No para. Vive para poder ayudar a los muchos necesitados y un buen pellizco ha ido al Centro de Transeúntes, 30.000 euros. El equipo del Mochuelo es magistral y esos días se vuelca en conseguir los objetivos, siempre un millón más que el año anterior.

También reciben una importante cantidades las Voluntarias de la Caridad, Conferencia de San Vicente Paul, Asilo de Ancianos, Asociación SUndrome de Down, Asociación de Familiares Enfermos de Alhzeimer, Orfanato de Ayacucho y las Madres Concepcionistas. Además de las parroquias de Santa María, santa Eulalia, San José, San Francisco de Sales, Cristo Rey, Perpetuo Socorro, San Juan, María Auxiliadora, los Milagros, San Antonio y Santos Servando y Germán. La ciudad de Mérida, su comarca y otros muchos ciudadanos se vuelcan con esta campaña al saber su destino y donde va a parar hasta el último euro del Mochuelo. Guillermo Soto sabe que su credibilidad es total y los ciudadanos le apoyan sin la más mínima duda, de ahí su éxito y como cada año aumenta su aportación y la confianza en esta campaña.