Todos los partidos políticos analizan los resultados. Para los que han ganando, aunque sea por la mínima, como Pedro Acedo en Mérida, es un éxito, ya que le posibilita la gobernabilidad durante otros cuatro años con mayoría absoluta.

El PSOE que encabeza Angel Calle ha experimentado una subida que no hay que discutir, de diez concejales a doce y en número de votos a 109 del PP. Los votos de Juan Manuel Romera y María Jesús Checa han hecho el efecto que esperaba Acedo, e IU, y su cabeza de lista Vicente Ramírez, se ha hundido: hundimiento electoral, naturalmente.

Tras la tempestad electoral llega la calma y ahora se verá cuál es la realización durante estos cuatro años y qué clase de oposición se plantea. Puede ser interesante seguir la postura de ambos partidos.

El PP se va a dedicar a buscar otro candidato para la alcaldía en las próximas elecciones. No es fácil. Tiene que tener carisma, conocido, trabajador y un capote para dar lances con la izquierda y la derecha para poder torear al morlaco político, que tiene unos cuernos como los Miuras de entonces y que al que zarandea lo deja para el arrastre.

Han pasado unos días y la resaca va surtiendo su efecto. Todas las declaraciones tienen unas intenciones bondadosas pero en el fondo son como las comedias de Carlos Arniches. De risa. Ni ellos mismos se la creen. Ni el partido tampoco, pero aguanta, no le queda otra. Con esta resaca tendremos televisión regional. Todos estamos deseando que la carta de ajuste se convierta en imágenes de nuestra región.

Comienza una nueva etapa. Todos desean obtener un puesto al lado de su líder. Y el líder sabe lo que tiene en su entorno. Espera y observa.

La noche electoral para grabar. Un conocido político que Acedo no le ha hecho ni caso y lo ha dejado para otros menesteres, le besaba en la mejilla con un cariño que sólo le faltaba llenarlo de lágrimas. ¡Lo que hay que ver!