La Iglesia Evangélica de la Nueva Vida de la barriada de San Juan está desarrollando una labor social en una de las zonas más necesitada de la ciudad con excelentes resultados, ya que familias que se dedicaban a la venta de droga o toxicómanos lo están dejando con el apoyo de personas como José María Heredia, pastor de esta iglesia, o Nicasio Vargas, que acumula una larga experiencia en el mundo asociativo gitano.

En este sentido, Nicasio Vargas asegura que las asociaciones que han trabajado en estas barriadas, entre ellas San Lázaro, no han logrado ni el 10% de lo que está logrando la Iglesia Evangélica.

Así, José María Heredia afirma que en las reuniones intenta transmitir a sus feligreses, unos 180, un mensaje cristiano en contra de la droga o el alcohol, "que están destruyendo la sociedad y a nuestros jóvenes. Y estamos teniendo éxito, porque familias que se dedicaban al tráfico de drogas han sido rescatadas, personas intratables, antisociales, con problemas y conflictivas están siendo recuperadas a través de nuestro mensaje espiritual".

Pero esta labor social les está desbordando y necesitan ayuda de las administraciones para ofrecer algo a las personas que salen del mundo de la droga, "Tienen que saber el trabajo que estamos haciendo y unirse a nosotros, porque nuestros medios son pocos y necesitamos que nos apoyen", afirma Heredia.

A esto se une la falta de espacio, ya que el local donde se reúnen un par de veces a la semana se les ha quedado pequeño y tienen que salirse a la calle para atender a todos.