La ciudad de Mérida siempre estuvo muy vinculado a los sacerdotes. Han quedado un profundo poso en la población y se les recuerda con cariño. El más carismático, César Lozano, párroco de Santa Eulalia. Le sustituyó Fernando Gallardo y como coadjutor, Juan Fernández, que ha escrito la historia de Santa Eulalia y que en breve se editará. Todo un lujo. A Fernando Gallardo le sustituyó Antonio Bellido, que es el actual párroco y arcipreste de Mérida.

En la parroquia de Santa María, actual concatedral, Carlos Rojas, que a su muerte vino Pedro Rodríguez de Tena, fallecido hace unos meses, le sucedió Manuel Grillo, presidente del cabildo Catedralicio de la sección de Mérida, una bellísima persona a la que se le quiere y se le aprecia, no solo por sus feligreses sino por todos los emeritenses, le ha venido a sustituir José Antonio Salguero. Manuel Grillo sigue entre nosotros.

A estas dos parroquias hay que sumarle otras siete: San José, que tuvo a uno de los sacerdote más queridos de Mérida, José Barragán. Murió en accidente de tráfico. La parroquia de Cristo Rey y el Carmen con Guillermo Soto, más conocido como el cura del Mochuelo .

San Francisco de Sales, en la antigua barriada de la Paz, ha quedado completamente aislada, se integrará en Mérida Tercer Milenio de la Junta de Extremadura y le corresponde la pequeña iglesia de la barriada de Santa Eulalia y Proserpina; la parroquia del Perpetuo Socorro en Nuestra Señora de la Antigua; San Juan y María Auxiliadora en la barrida de San Juan y Santa Isabel y María Auxiliadora; Los Milagros en Nueva ciudad; San Antonio en la barrida del mismo nombre y San Servando y Serván en el colegio de las Madres Escolapias.

Sin olvidar la entrañable y pequeña iglesia de las Concepcionistas, de las monjas de clausura, en el mismo centro.

Hoy nuestro recuerdo para Manuel Grillo Chávez que cada día le vemos en su parroquia de Santa María haciendo su labor sacerdotal.