La culpa de la candidatura de Pedro Acedo a la alcaldía emeritense la tiene Santiago Apóstol, patrón de España. Luis María González, que se encontraba al lado oyó la voz celestial.

Se alegró, para eso rezó lo suyo Luisma que se llenó de gozo y esperanza. De la Rubia asentó prudentemente. Como buen psiquiatra pensó: Dios mío, Dios mío, volveré a tomar este cáliz que me ofreces .Los tres vestidos de biciclista . Lo oyó la nacional. La regional y la local. Qué sí Pedro, que te presentes que ya se va Ibarra y tienes otra oportunidad, y lo necesita Carlos Floriano . Santiago Apóstol ya sabía lo de Ibarra.

Nos espera un otoño caliente. Un invierno ardiendo y una primavera incandescente.

Angel Calle tiene otra encuesta que le favorece a él. La guarda Ibarra y sabe que en esto de elecciones lo más seguro es que cualquiera sabe.

Ayer se reunían en el hotel Las Lomas todos los cargos electos del PP: senadores, diputados nacionales, regionales y provinciales y un sólo alcalde, el de Mérida. Dicen que como anfitrión. La cosa está clara, Y después, una reunión del Comité Electoral para decidir los candidatos de Cáceres y Badajoz.

El de la capital autonómica esperará. Están mareando la perdiz y quieren saber cómo salen los polluelos, si arrutao o con el cascarón en el rabo y corriendo a por todas.

A los periodistas nos espera un cúmulo de declaraciones que todas van encaminadas al proselitismo personal. Nos queda el tiempo de un parto, un poco prematuro, ocho meses, y el que antes rompa aguas tomará las riendas del consistorio.

¡Vaya parto!