El sector del corcho en Extremadura no pierde la esperanza de volver a contar con una fábrica en Mérida, después del cierre de la planta de Arcobel en diciembre pasado, que "tenía un papel central en la estructura del sector, puesta que a ese destino iban los corchos de inferior calidad y destinado a producir decorativo y parket", según el director del Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal (Iprocor), Miguel Elena.

En su opinión, el hueco que ha dejado Arcobel no está cubierto por el momento, "pero sigue habiendo pasos para intentar una reorientación hacia ese producto o hacia otros; de momento el mercado absorbe ese tipo de materia prima y seguimos intentando que vuelva a haber una unidad capaz de transformar en Mérida este material, como la ha habido desde hace cincuenta años".

En este sentido, las últimas noticias al respecto es el interés mostrado por el empresario portugués Enrique Martens, que tiene un proyecto para abrir una industria corchera que contempla una inversión de ocho millones de euros y la recolocación de 60 trabajadores de la antigua factoría. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Junta, que podría participar en la financiación a través de la Sociedad de Fomento Industrial (Sofiex), aportando el 45% del capital.

El sector del corcho no atraviesa su mejor momento y el pasado año se vendió un 40% menos que en el 2002.