El turismo emeritense continúa con su tendencia al alza. Los alojamientos de la ciudad manejan perspectivas «muy halagüeñas» de cara a esta temporada estival y esperan alcanzar una ocupación media de al menos el 75% en los meses de verano. Sus previsiones son alcanzar las buenas cifras del año pasado, cuando la ocupación media llegó a ese 75%, cinco puntos más que el ejercicio anterior en parte gracias al Festival de Teatro Clásico de Mérida y los conciertos de septiembre.

«Las expectativas son buenas, ya hay reservas y apreciamos una continuidad respecto al año pasado, que fue muy bueno», señala José Luis Hernández, presidente de la Asociación de Hoteleros de Mérida (Ashomer). Según los datos facilitados por el colectivo, entre julio y septiembre del 2016 pasaron por los hoteles de la ciudad un total de 76.195 turistas, lo que supuso un incremento del 5,7% respecto al verano de 2015. 4.165 visitantes más que hicieron que las pernoctaciones crecieran un 6,9%, pues de las 38.182 registradas en 2015 se pasó a 40.833 el año pasado. La ocupación media fue del 75%, cinco puntos más, lo que a su vez ha contribuido a que los precios suban: el coste medio de la habitación se situó el verano pasado en 70,46 euros, frente a los 64,14 del anterior.

Unas cifras que el colectivo espera alcanzar e incluso superar este año. Según explica Hernández, las reservas han comenzado a moverse ya y van en la línea del ejercicio anterior, por lo que se espera que esa tendencia al alza continúe. Andalucía, Madrid, Castilla La Mancha, País Vasco y Cataluña sigue siendo el origen de la mayoría de los turistas y su estancia media es de 1,8 días.

CONTINUIDAD / El presidente de la asociación reconoce que sin el Festival de Teatro Clásico sería imposible alcanzar esas cifras, aunque también están contribuyendo de forma positiva otros eventos celebrados en la ciudad como los conciertos programados en el marco del Stone and Music Festival. No obstante, según explica Hernández, estas buenas perspectivas pueden verse empañadas por dos factores: el excesivo calor, que puede hacer que los turistas opten por otros destinos más frescos como el norte de España, y también la influencia de los alojamientos turísticos ilegales.

El colectivo ya denunció la proliferación de pisos turísticos en Mérida y aunque Hernández reconce que «es muy difícil poner puertas al campo», insta a las administraciones públicas a regular la situación de la mano del sector para dar una solución a esta problemática.