La delegación de Servicios Sociales aún está buscando un lugar para trasladarse tras la polémica con los vecinos de las barriadas de la zona sur, que se opusieron en octubre a que se abriera en unos locales de la avenida Lusitania de propiedad municipal.

Posteriormente se barajó la posibilidad de que la sede se abriera en parte del edificio de la antigua politécnica, pero esta probabilidad depende de que la universidad privada CEES decida abrir una sede en la ciudad.

La concejala de Servicios Sociales, Mari Luz Calvo, afirmó ayer, en el balance de gestión de su delegación, que el reto era conseguir esta sede, aunque no quiso decir dónde irá.

La ubicación tiene su importancia, ya que el pasado año pasaron por los Servicios Sociales del consistorio, instalados en la casa anexa al ayuntamiento, 6.556 personas, de los que 4.250 visitaron el servicio de enfermería y 2.306 personas fueron atendidas por los técnicos.

En la enfermería se tomó la presión arterial a 2.045 ciudadanos y se pusieron 1.250 inyecciones. Por contra los técnicos municipales ayudaron a 680 personas mayores, a 640 familias y a 240 mujeres, de entre el colectivo de 2.306 personas que solicitaron algún tipo de servicio.

También destaca el servicio de ayuda a domicilio, que pasó de 82 usuarios a 170, con 54.000 horas de asistencia, y el programa para familias desfavorecidas, con el que intervinieron con 21 familias y 57 menores.