Caben muchas lecturas del nombramiento del concejal Fernando Molina como portavoz municipal del PP en el ayuntamiento en lugar de Pilar Vargas y, sobre todo, de las consecuencias que ha deparado dentro del seno de este partido a nivel local y también autonómico; incluso hay quienes parecen haber perdido el habla (Vargas declinó ayer hacer declaraciones a la prensa), y es que sus posibilidades de repetir como candidata a la alcaldía se alejan.

Pero, el anuncio del presidente de los populares extremeños, José Antonio Monago, de incluir a Vargas en el Comité de Dirección y, sobre todo, al presidente del PP de Mérida, el exalcalde Pedro Acedo, en la Ejecutiva Regional a propuesta del propio Monago, ha devuelto a este a la escena política a nivel autonómico, algo que no hacía desde hace casi un año, cuando andaba enfrascado en una pugna política para hacerse con la presidente del PP extremeño, y por la que tuvo que enfrentarse precisamente con el ahora su benefactor. Conviene recordar que Monago también se ha ganado a otro de los que fue su rival en el último congreso regional para ocupar el sillón de la presidencia, el alcalde de Navalmoral de la Mata, Rafael Mateos.

Acedo se retiró un día antes de la celebración de aquel congreso el 8 de noviembre pasado, que encumbró a Monago, por no tener los avales suficientes y asegurando entonces que el candidato "oficialista" (Monago) contaba con medios que le permitían "aplastar" a sus rivales. Ayer, reconoció que ha sido "algo díscolo" en los congresos regionales, pero consideró "un honor" formar parte de la Ejecutiva Regional.