MERIDA

Los días 29 y 30 de mayo de 1954, a las 20.45 horas de la tarde, comenzaron las representaciones que marcarían el futuro de los Festivales de Teatro Clásico en el teatro romano de Mérida.

El próximo año se cumplen las bodas de plata de estos comienzos, aunque las dos primeras representaciones, Medea y Electra , protagonizadas por Margarita Xirgu y Enrique Borrás se pusieran en escena en 1933 y 1934. Fue el inicio. Y si nos apoyamos en estas fechas, en el 2008 celebraríamos las bodas de platino. Lo que ocurre es que desde 1934 a 1954, veinte años después, no se hizo ninguna representación, como no sea la del Servicio Español Universitario (SEU), en 1953, pero no eran actores profesionales. Les dieron permiso para llevar a cabo una aventura teatral que salió bien.

Por estos casi cincuenta años han pasado obras de todo tipo: tragedias, comedias, autos sacramentales, óperas, zarzuelas, conciertos, grupos folclóricos, conjunto musicales de canción clásica, flamenca, moderna y no todos de la calidad que el escenario merece, en ocasiones, más que un escenario romano parecía una discoteca en una noche de movida.

PREPARATIVOS

Días antes de representar Edipo en el teatro romano, hubo varias reuniones de la comisión organizadora propiciadas por el ministro de Información y Turismo, Arias Salgado, bajo el patrocinio de la Dirección General de Bellas Artes y la organización de la Delegación de Cultura de la Diputación Provincial de Badajoz.

En esta comisión estaba Ricardo Carapeto, por la Diputación Provincial de Badajoz, que la presidía Adolfo Díaz Ambrona; Bellón Uriarte, gobernador Civil; Narciso Rodríguez Ramírez, alcalde de Mérida; Juan Padial Gironella, concejal de Cultura y Julián Oliva, funcionario encargado de los asuntos burocráticos.

El precio de las localidades era de 70 pesetas en la Orchestra; 60 en la Cavea Inma y 30 pesetas en la Cavea Media. Las localidades se vendían en la ya desaparecida Imprenta Rodríguez, en la plaza de España.

COMPAÑIA

La obra de Edipo la representó la Compañía Lope de Vega bajo la dirección de José María Tamayo, que era la primera vez que dirigía una obra en el teatro romano. El personaje de Edipo lo interpretó Francisco Rabal, que en aquellos años era el galán cinematográfico y teatral de moda. Le acompañaron actores de la categoría de Manuel Dicenta, Antonio Ferrandis, María Asunción Balaguer, Alfonso Muñoz y otros muchos actores y actrices que hicieron las delicias del público.

Tres mil espectadores presenciaron esta obra.

El éxito fue tal que durante largo tiempo aplaudieron a sus protagonistas y al director y sus colaboradores, al final de la obra. Ante la petición del público, José María Pemán dijo que volvería a hacer otras versiones.