Las raíces del teatro en el siglo XIX con el Teatro Ponce de León, la Sociedad Artística Emeritense, el Círculo de Artesano con su grupo de la sección Lírico Dramática, y posteriormente en el año 1901 el Liceo de Mérida, lugar donde la cultura fue todo un símbolo en la región, así como en determinados espacios de la ciudad como la Rambla Santa Eulalia, eran lugares de encuentro de jóvenes para hacer teatro.

Comienza el Teatro Cine María Luisa con el cierre del Teatro Ponce de León en 1929. Al final de la Guerra Civil el Frente de Juventudes y la Sección Femenina hicieron sus actuaciones teatrales.

Ya en los años cincuenta se aparece un grupo muy definido de emeritenses que posteriormente triunfarían en el mundo del teatro como Federico Ruiz y José María Saussol, que actualmente es catedrático de Lengua Hispana en la ciudad de Tieste en Italia. Viene de vez en cuando a su finca de Coto Pavón en las cercanías de Mérida.

Los lugares para reuniones o ensayos de las obras de teatro fueron principalmente el salón de actos del Liceo en la calle Santa Eulalia, el salón de actos de la cámara agraria, más conocida como los sindicatos, en la calle San Salvador y en alguna casa particular para aprenderse, en compañía de otros amigos, el papel designado para la obra.

Las tertulias literarias se convirtieron a finales de los años cincuenta y comienzo de los sesenta en grupos teatrales. Jóvenes de más de veinte años que ya con novias fueron desapareciendo del mundo de la farándula al casarse. Sólo se marchó a Madrid a Televisión Española Federico Ruiz que triunfó junto a su familia. A uno de sus hijos hace poco se le ha concedido un Goya.

Una de las obras más conocidas y recordadas en Mérida fue Testimonio de Fe, la vida de santa Eulalia que escribió José María Saussol y que tuvo una repercusión tal que primero se estrenó en el Liceo.

ACTORES LOCALES Lo hicieron actores de la ciudad como José María Saussol, Tomás Acosta, María Rosa Núñez, Manuel Avila, Pedro Burgos, María del Carmen Ruiz, Fernando Delgado y el decorado de José Antonio Ferreiro. Los ensayos los hacíamos en el patio de la casa de Saussol en la calle Romero Leal, donde está la actual Notaría. El éxito fue tal que el grupo del Teatro Universitario (TEU) vino también a representarla con alguna nueva actriz y nosotros en el mismo Teatro Romano de Mérida.

Esta obra debería recuperarse para Mérida y contactar con su autor que estaría encantado de volver a representarla en el teatro romano. Recuperar nuestras raíces es algo que no deberíamos olvidar nunca.